Los países en desarrollo han recibido 32 millones de vacunas frente a los 43 millones que Europa ha exportado solo a los ricos

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El mecanismo COVAX –con el que los estados ricos del mundo pretenden paliar desigualdades en el acceso a la inmunización– ha enviado solo 32 millones de dosis para distribuir en 55 naciones empobrecidas. Por contra, la UE ha exportado 43 millones de dosis a 33 países con grandes posibilidades de acceder a vacunas como Reino Unido, Canadá o Japón.

Desde el mes de enero, cuando se aplicó el mecanismo de transparencia en el sistema de vacunación, la Unión Europea ha exportado 43 millones de vacunas a más de 33 destinos diferentes, cuyos principales beneficiarios son países ricos, poniendo en cuestión el principio de solidaridad del viejo continente. Paradójicamente, el principal destino de los viales europeos es Reino Unido, que, pese a ser el principal competidor de los 27 en la carrera por la inmunización, ha recibido 10,9 millones de dosis en los últimos meses. Entre los principales beneficiarios aparecen otros nombres como Canadá y Japón que adquirieron 6,6 millones y 5,5 millones de vacunas respectivamente. Completan la lista otros estados del mundo como la petropotencia Arabia Saudí, a la que se le han enviado 1,5 millones; México, con 4,4 millones; Singapur, con 1,5 millones; Chile, con 1,5 millones; Hong Kong, con 1,3 millones; así como Corea y Australia, con un millón de fármacos cada una. Además, se deben sumar otras 34 millones de dosis que fueron exportadas entre diciembre y finales de enero, que hacen un total de 77 millones de vacunas enviadas a países ricos.

En su mayoría, se trata de países que, lejos de situarse entre los más desfavorecidos a la hora de conseguir vacunas, están ubicados en lo alto de la tabla de regiones con mayor porcentaje de población inmunizada. Tanto es así que en la lista hay países como Chile, que es el tercer estado con más vacunas administradas por cada cien habitantes, o Reino Unido, que es el cuarto país en el ranking, y México, que se sitúa en la décima posición.

La exportación de estos 43 millones de dosis se ha hecho a 33 países con grandes recursos económicos y con capacidad de fabricación. Esta situación contrasta los 32 millones de dosis que el conjunto de países desarrollados –de Europa, Asia y América– han enviado a 55 estados empobrecidos incluidos dentro del programa  COVAX, según confirman a Público fuentes de la Comisión Europea.

Este mecanismo de cooperación COVAX nació con la intención de garantizar el acceso equitativo de vacunas contra la covid-19. A él se sumaron 64 naciones, entre ellas los 27 países de la UE y otras naciones desarrolladas como Reino Unido, Finlandia, Noruega, Australia, EE UU, Canadá o China.

Durante la primera etapa de la pandemia se abrió un debate dentro de los diferentes Gobiernos del mundo para suprimir las patentes de las vacunas. Una idea que se encontró con el rechazo de los países más desarrollados y de las principales potencias farmacéuticas. Esto ha llevado a que el planeta se adentre en un escenario marcado por dos velocidades de vacunación en el que los países ricos que rechazan la supresión de patentes de las vacunas compran más de la mitad de las dosis disponibles. Según el informe The People Vaccine’s las desigualdades son tan grandes que nueve de cada diez personas de al menos 70 países pobres no podrán vacunarse durante todo 2021, mientras los países ricos –pese a la falta de disponibilidad– ya han acumulado dosis suficientes como para vacunar a su población casi tres veces.

Los datos, difundidos el miércoles por la Comisión Europea, llegan en un momento marcado por la crisis europea y el estancamiento casi generalizado de la vacunación en el viejo continente. Ese mismo día, de hecho, el periódico italiano La Stampa informó de que se habían descubierto 29 millones de dosis de AstraZeneca escondidas en Roma que eran propiedad de la UE y que, de no haber sido identificadas, podrían haber sido enviadas a Reino Unido.

Los hechos acaecidos en Roma han puesto en tela de juicio el sistema de exportaciones de vacunas que rige en la Unión Europea. Así las cosas, la presidenta Ursula Von der Leyen ha anunciado un cambio en el mecanismo de transparencia de exportaciones para garantizar que la venta de dosis al exterior no interfiera con los intereses del viejo continente de alcanzar lo antes posible la denominada inmunidad de rebaño. «A pesar de que los Estados miembros se enfrentan a la tercera ola de la pandemia y de que no todas las empresas están cumpliendo sus contratos, la Unión Europea es el único gran productor de la OCDE que sigue exportando vacunas a gran escala a decenas de países. Pero la puerta debe estar abierta en ambos sentidos. Esta es la razón por la que la Comisión Europea introducirá los principios de reciprocidad y proporcionalidad en el mecanismo de autorización existente de la UE», anunciaba la presidenta de la CE.

Estos mecanismos de reciprocidad señalan directamente a los países que también son productores de vacunas y que no están cumpliendo con sus periodos y plazos de entrega a la Unión Europea. «Si esta situación no cambia, habrá que reflexionar sobre las exportaciones a países productores de vacunas», opinaba Von der Leyen, en una mención velada a Reino Unido. Este mismo jueves los 27 se han reunido para abordar la crisis que experimenta el programa de vacunación europeo en una cumbre telemática marcada por la necesidad de reforzar los mecanismos de reciprocidad en los envíos de vacunas.

En la actualidad España está entre los cinco principales países de Europa que más vacunas ha administrado a su población. Por el momento, el Estado ha invertido, según explicó la ministra María Jesús Montero a comienzos de marzo, 1.900 millones de euros en la compra y reservas de viales. Así, según los datos del Ministerio de Sanidad, se garantiza que España dispondrá de manera progresiva de 52 millones de dosis de Pfizer, 33 millones de Moderna, 31 millones de AstraZeneca y 20,8 millones de las monodosis de Janssen, que empezarán a ser administradas en el mes de abril. A ello se suman los acuerdos con Novavax CureVac, dos vacunas que todavía no han sido aprobadas por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) y de las que no se han concretado el número de dosis.

Alejandro Tena

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