Los plásticos y la contaminación en el Día Mundial de la Tierra

La celebración del Día Mundial de la Tierra 2018 está dedicada hoy a la lucha contra la contaminación de plásticos, batalla en la cual asociaciones italianas tienen varios frentes abiertos. Defensa del medio ambiente, en especial la eliminación de los desechos plásticos marinos contaminantes de océanos, mares, playas y otras zonas costeras, que va desde la investigación científica, la denuncia, propuestas de soluciones a las diferentes instancias de gobierno, hasta la educación y movilizaciones ciudadanas.

Datos de Legambiente, la mayor asociación ambientalista italiana, señalan que entre el 80 y el 90 por ciento de los llamados desechos marinos son de material plástico, los cuales perduran en el medio ambiente durante cientos de años, acumulan sustancias tóxicas y son ingeridos por las especies marinas.

Las evidencias fueron expuestas por Limpiar el Mediterráneo, la mayor campaña de voluntarios coordinada por ese ente, la cual comprendió un monitoreo científico sobre desechos realizado entre 2014 y 2017 en 105 playas de Italia, Argelia, Croacia, Francia, Grecia, España, Túnez y Turquía.

El estudio, presentado en la Conferencia Mundial de la ONU sobre Los océanos, en junio de 2017, demostró que el 82 por ciento de los residuos hallados eran plásticos, en tanto se comprobó que el 54 por ciento de la suciedad de las playas respondía a una inadecuada gestión de los desechos urbanos y escasa prevención.

La cooperación entre países, instituciones, organizaciones no gubernamentales, institutos de investigación, económicos y actores productivos está entre las recomendaciones para resolver el problema, según el estudio.

En lo que a Italia respecta entre las mayores exigencias de Legambiente en tal sentido está la utilización de bolsas biodegradables y compostables, en sustitución de las de plástico ligero y ultraligero empleadas para envasar productos como frutas, vegetales, carne y pescado.

De acuerdo con la Agencia Europea del Ambiente, citada por Legambiente, en esta región se consumen anualmente unos 100 mil millones de bolsas, una parte de las cuales terminan en el mar o en franjas costeras.

Los beneficios económicos y ambientales del reciclaje de los desechos diseminados en las playas es otro asunto que encara la agrupación ambientalista, junto a la Agencia Nacional de Nuevas Tecnologías, Energía y Desarrollo Económico, y el Instituto para la Promoción de Plásticos Reciclados.

La Propuesta, presentada en 2017 en Ecomundo, la principal feria dedicada a la economía circular, está respaldada por una investigación que demostró cuántos de esos residuos pueden ser reciclados con resultados alentadores.

Para Legambiente, esa novedad demuestra la importancia de prevenir el problema mediante campañas de concientización y el trabajo en la innovación de procesos, así como en el establecimiento de una cadena de reciclaje.

También es parte de su batalla por la vida la utilización de material biodegradable en la producción de bastoncillos de algodón y la prohibición de microplásticos en la línea de cosméticos, dirigida a preservar los ecosistemas marinos y terrestres.

En ambos casos, los envases del producto deberán ofrecer información sobre cómo desecharlos, con la indicación expresa de evitar arrojarlos al inodoro y desagües.

Al menos el 10 por ciento de los residuos encontrados por activistas de la organización llegaron allí tras ser vertidos en los sanitarios y el nueve por ciento de ellos correspondió a bastoncitos utilizados para la limpieza de los oídos.

Lo mismo sucede con blísteres, tapones, comprensas, apósitos, desodorantes para baño, incluso estuches para lentes de contactos.

La medida está también avalada por un estudio el cual comprobó la contaminación con microplásticos en seis lagos evaluados y el inadecuado manejo de los residuos sin procesar hacia las cuencas, y otros provenientes de las descargas de las plantas de tratamiento de aguas residuales.

Igualmente, la asociación ambientalista acompaña la estrategia de la Unión Europea presentada a finales del año pasado dirigida a reducir el consumo de botellas plásticas.

Un mes y dos días después del equinoccio de primavera, se celebra el Día Mundial de la Tierra, creado por Naciones Unidas en 1970 y devenido con el tiempo jornada educativa para preservar la vida en el planeta, informar y denunciar la amenaza por la sobreexplotación de los recursos y la contaminación.

Silvia Martínez

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