Luis Almagro ganó sin importarle el Covid-19

¿Cómo una persona puede ser tan ruin, baja y de sentimientos malos, al anteponer por encima de lo que fuera y obligando a otros, una elección, obviando el hecho que está en proceso una pandemia mundial?

Tal es el caso de Luis Almagro, quien fuera reelecto el viernes pasado en USA, con 23 votos, como Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA) para el periodo 2020-2025, cuando días antes, su contrincante la excanciller ecuatoriana María Fernanda Espinosa, solicitó suspender la elección, juntamente con 13 países de CARICOM (Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Dominica, Granada, Guyana, Jamaica, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Surinam y Trinidad y Tobago, quienes llamaron a priorizar la salud y el bienestar de las personas), más México, Argentina, Nicaragua y República Dominicana (algunos señalan que fue la mitad, 17 de los países miembros), debido a la rápida propagación del Covid-19 en América Latina y otros continentes. Aunque hay que señalar que Dominica no intervino en la elección y Cuba no participa desde 1962.

Como dicen en mi país Venezuela, la responsabilidad y la solidaridad del excanciller Almagro, “se la comió un burro por paja”. No le importó poner en riesgo de contraer el virus, a los trabajadores de la sede de la OEA, al cuerpo diplomático, y contradiciendo las medidas anunciadas por la Organización Mundial de la Salud, y de las mismas autoridades sanitarias de Washington. Aunque se hayan visto a los embajadores con guantes, a dos metros de distancia uno de otro, y desinfectándose las manos, cosa que no es segura para el contagio.

Lo que le importaba era ganar las elecciones, esto deja mucho que ver y saber de un personaje tan siniestro como éste, individualista y muy poco humano. También nos vislumbra en manos de quien continuará la OEA, a quien su tarea primordial es: tratar de seguir, como misión ineludible, derrocar a los gobiernos de Venezuela, Cuba, Nicaragua, entre otros.

También es necesario señalar que los países que se prestaron para tal vileza, tienen su cuota de participación malévola: 23 naciones, ya que la señora Espinosa, solo tuvo el apoyo de 10 países.

Igualmente es significativo que la reunión fuera dirigida por el embajador de Ecuador, Carlos Játiva, coterráneo de Espinosa, quien no votó por ella, y quien fuera elegido asistente de Almagro en la Organización.

Sin duda alguna, estas elecciones fueron llevadas a cabo, con toda premeditación e intriga, especialmente por Almagro (ganó suciamente), y cual jauría de hienas sin importarles nada, sólo prevendas y uno que otro favor.

José A. Amesty R.

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