Lula y los procedimientos jurídicos como arma de guerra

Para los abogados de la defensa de Luiz Inácio Lula da Silva, el hoy condenado ex presidente brasileño se convirtió desde mucho tiempo atrás en víctima de lo que estudios internacionales definen como ”lawfare”. Trátase del uso de las leyes y los procedimientos jurídicos como arma de guerra para destruir al adversario político: en este caso, el líder popular más influyente en toda la historia de Brasil y quien, pese a los continuos y renovados ataques, encabeza todas las encuestas de intención de voto para las elecciones presidenciales de 2018.

Hace mucho Lula fue definido como el enemigo número uno a ser borrado del escenario político nacional, dijo la defensa del fundador del Partido de los Trabajadores (PT) en una de las muchas notas difundidas a propósito de los abusos cometidos contra éste por la operación anticorrupción Lava Jato.

Lo que se evidencia -subrayaron- es un proceso sensacionalista y escandaloso, que aniquila la garantía de presunción de inocencia y constituye una nítida violación al contradictorio y la amplia defensa, mostrando además un evidente abuso de poder por parte del juez federal Sergio Moro y de los fiscales de Lava Jato.

Moro -su más tenaz persecutor- sentenció hoy a nueve años y seis meses de prisión al ex dignatario por la presunta comisión de los delitos de corrupción pasiva y lavado de dinero.

Según la acusación del Ministerio Público Federal (MPF), el ex mandatario recibió 3,7 millones de reales (más de un millón de dólares) en ‘propinas’ mediante la reforma de un apartamento cuya propiedad le es atribuida sin que existan pruebas que lo confirmen, y con el pago del almacenamiento de sus bienes.

Coincidentemente, y quizás para desviar un poco la atención, la condena fue proferida el mismo día en que la Comisión de Justicia y Ciudadanía de la Cámara de Diputados comenzó a analizar la admisibilidad de una denuncia por corrupción pasiva hecha por la Procuraduría General de la República (PGR) contra el presidente Michel Temer.

Mas, lo cierto es que como previó meses atrás el sociólogo y cientista político brasileño Emir Sader, aun sin prueba ninguna de enriquecimiento personal o de valerse de su cargo de Presidente para obtener ventajas indebidas, Lula tenía que ser acusado, procesado, considerado culpable y condenado.

‘Para impedir que de nuevo un gobierno democrático, popular, soberano, se instale en Brasil, es necesario sacar a Lula de la vida política, no importa de la forma que sea’, observó Sader.

La evidente persecución de Moro fue denunciada por Lula en julio del pasado año ante el Comité de Derechos Humanos de la ONU, donde se quejó de sufrir la violación de sus derechos mediante la práctica de actos ilegales ‘que no pueden ser satisfactoriamente corregidos en la legislación brasileña’.

Meses después, a finales de noviembre, los abogados de la defensa del ex gobernante presentaron una acusación penal subsidiaria contra Moro por abuso de autoridad.

La denuncia formulada por Cristiano Zanin y Roberto Teixeira subrayaba que el juez federal de Curitiba cometió varias irregularidades en la conducción de los procesos que envuelven al ex dignatario en el ámbito de la operación Lava Jato.

Mencionaron entre éstas la conducción coercitiva de que fue víctima Lula para prestar declaración ante la autoridad policial, siendo privado de su derecho de libertad por unas seis horas; la aprehensión de bienes y documentos del ex presidente y su familia, y la autorización y divulgación de escuchas telefónicas ilegales.

En mayo ultimo, poco después de prestar por primera vez testimonio ante Sergio Moro en Curitiba, Lula afirmó ante una multitud que lo vitoreaba: ‘Habrá un momento en el cual la historia mostrará que nunca antes en Brasil alguien fue tan perseguido y masacrado como yo’.

Solo el Jornal Nacional, telenoticiario producido por la Red Globo, dedicó 18 horas a difundir materiales negativos sobre mí. Son 12 partidos de fútbol entre el Real Madrid y Barcelona, graficó el fundador del PT antes de denunciar la tentativa de aniquilarlo con anticipación al día cuando será juzgado.

Y es que, como afirmara el responsable del Blog de la Ciudadanía, Eduardo Guimaraes, mientras Lula permanezca libre y elegible el golpe parlamentario -judicial perpetrado contra la presidenta constitucional Dilma Rousseff-, y en cuya trama Sergio Moro desempeñó también un importante rol, no estaría completamente consumado.

Moisés Pérez Mok

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