Maduro quiere reactivar el diálogo y la “inteligencia” estadounidense advierte a Trump

El presidente Nicolás Maduro pidió a México y Uruguay reactivar su propuesta de diálogo para resolver la crisis en su país y dirigió su pedido además a Bolivia y a los países del Caribe, que hace dos meses respaldaron la iniciativa de los presidentes Andrés Manuel López Obrador (México) y Tabaré Vázquez (Uruguay) para una salida negociada al conflicto político, sin intervención extranjera.

El mandatario aseguró que el sábado se movilizaron cinco millones de personas en todo el país a favor del gobierno. En el acto caraqueño, que culminó frente al palacio de Miraflores dijo la inminente sanción del “Plan de la Patria 2019-2025”.

Maduro informó sobre nuevas fuentes de ataque al sistema eléctrico nacional, como la introducción de virus en el sistema eléctrico. “Ataques dirigidos desde Houston y hemos descubierto nuevas fuentes de ataque desde Chile y Colombia, apoyados por el gobierno de Estados Unidos para dañar el sistema eléctrico venezolano”, dijo, al anunciar que el sistema eléctrico se normalizará en el lapso de 30 días previsto.

México y Uruguay plantearon en enero un diálogo para acercar a Maduro y Guaidó, reconocido por más de 40 países como presidente interino de Venezuela. Posteriormente, el 7 de febrero, se conformó el Grupo de Contacto Internacional (GCI) copado por países europeos, en busca de una salida pacífica. Sorprendentemente, el GCI exigió que la negociación conduzca a “elecciones presidenciales libres y transparentes”.

Coherentemente, México se deslindó entonces de esa mediación, mientras Bolivia se mantuvo incondicional al gobierno constitucional, aunque forma parte del GCI junto con Francia, Alemania, Italia, Holanda, Portugal, España, Suecia, Reino Unido, Ecuador, Costa Rica y Uruguay.

EE.UU. empuja a la oposición a sus laberintos

El autoproclamado presidente interino Juan Guaidó, por su parte, se niega a cualquier “falso diálogo” por considerar que sería una oportunidad para que Maduro gane tiempo. Guaidó, reiteró que en conjunto con líderes mundiales se ha construido una ruta para la salida de Nicolás Maduro y su cúpula y aseguró que el comentario que hizo el vocero estadounidense Elliot Abrams sobre el artículo 187 de la Constitución Bolivariana (para permitir una invasión extranjera) fue malinterpretado.

Lo cierto es que ni EE.UU. ni sus cómplices están preparados para una incursión militar en Venezuela. “Sobre ese tema, nuestros aliados dijeron es prematuro. No dijeron que no se puede, sino que es prematuro, como hemos dicho responsablemente. Hemos construido una ruta, no estamos improvisando, estamos construyendo capacidades y ellos dijeron es prematuro”, expresó Guaidó al finalizar la movilización en el este caraqueño ante la crisis en los servicios púbicos.

Ante cientos de partidarios en el este de Caracas, el titular de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó echó a andar su Operación libertad para articular a sus bases y sacar a Maduro del poder. Convocó a una nueva movilización el próximo miércoles, destinada a multiplicar a un voluntariado que se encargará de organizar y mantener viva la presión en la calle. “Comienza la escalada de presión más grande que hemos visto en nuestra historia”, sostuvo.

“Cuando se haga el llamado a la Operación Libertad los militares deberán ponerse del lado de la Constitución y proteger a los ciudadanos de los colectivos armados. ¿Van a seguir escondiendo al dictador? ¿O es que se esconden ustedes detrás? Asuman su rol de una vez.”, dijo.

Los cambios han dejado a la variopinta oposición venezolana más desunida. Se materializó un v iraje en el senado estadounidense, se produjo la reposición de equipos del sistema eléctrico desde Rusia (con un equipamiento próximo al de las líneas 765 Kv de la saboteada hidroeléctrica de El Guri) y Washington mostró una vez más la crueldad de las sanciones económicas y financieras no solo contra el gobierno sino contra el pueblo venezolano.

¿Quiénes intentan desprestigiar a Juan Guaidó? Desde el grupo de Voluntad Popular (al que pertenece Guaidó), son los mismos que le dijeron al país que en julio de 2017 que las protestas se terminaron por culpa de las elecciones regionales, cuando la oposición se quedó sin plan de ruta porque la calle fue agotada con promesas irresponsables de salidas mágicas que jamás se produjeron, y desmotivaron a los electores con mensajes divisionistas.

Dentro de la estrategia de estos grupos, desarrollada básicamente por las llamadas redes digitales, incluyen a políticos como María Corina Machado (Vente Venezuela), la periodistas la exiliada Patricia Poleo y economistas como Ángel García Banch, quienes acusan a la dirigencia opositora de presuntos diálogos, pactos y negocios con el gobierno y que son quienes presionan para que Guaidó invoque el artículo 187 de la Carta Magna.

Más sanciones

Mike Pence, vicepresidente de EEUU, explicó las nuevas sanciones contra los envíos de petróleo venezolano a Cuba en un acto en Houston, junto a representantes de Juan Guaidó, que aplaudieron las medidas.

“Dado que el petróleo es el sustento del gobierno de Nicolás Maduro, EEUU sancionó a Pdvsa. Y hoy, estamos tomando medidas contra una fuente vital de la riqueza del gobierno de Maduro”. Pence se refería así a las sanciones impuestas por el Departamento del Tesoro contra 34 cargueros de Pdvsa y las empresas Ballito Shipping Incorporated, con sede en Liberia, y ProPer In Management Incorporated, con base en Grecia, que transportan crudo venezolano a Cuba.

Quince senadores estadounidenses, entre ellos los ultraconservadores Bob Menendez y Marco Rubio, presentaron un proyecto de ley que establece que el gobierno de ese país debe proceder en relación a Venezuela por medio de negociaciones y “buscar una solución pacífica y diplomática a la crisis”, camino que antes se había negado a transitar.

El viraje es parcial, ya que el proyecto sigue centrándose en un conjunto de sanciones que apunta a impedir que Venezuela venda su producción petrolera para que Venezuela no pueda disponer de la divisas imprescindibles para garantizar la importación de alimentos y medicinas para la población (incluyendo en ella a la oposición, claro), y suma medidas con el fin de fracturar el hasta ahora homogéneo campo gubernamental y propiciar deserciones, por medio del mecanismo de recompensas monetarias.

Washington quiere que sus socios-cómplices de la Unión Europea y los hoy alienados en el Prosur sudamericano, internacionalicen y avalen las sanciones. El secretario de Estado John Bolton,m por ejemplo, exigió a su par español Josep Borell la participación en las sanciones de 94 empresas que operan en Venezuela, entre ellas la petrolera Repsol.

Y esta semana próxima entrará en la cámara de representantes estadounidense un proyecto de ley bipartidista que prohíbe el uso de la fuerza militar en Venezuela sin autorización del Congreso, advierte el politólogo Leopoldo Puchi.

La política de sanciones es considerada como “cruel” desde las páginas de The American Conservative, y tendrá un impacto “horrible”, según el New York Times.

La “inteligencia” estadounidense advierte a Trump

El grupo estadounidense Veteranos Profesionales de Inteligencia por la Cordura (VIPS, por sus siglas en inglés) advirtió al gobierno del presidente Donald Trump que su intento de interferir en Venezuela puede acabar provocando una guerra con Rusia. VIPS fue fundado en 2003 y su primera declaración, redactada en el mismo formato y enviado al entonces presidente estadunidense George W. Bush y su gobierno, refutaba los argumentos y distorsiones que utilizó dicha administración para justificar la invasión a Irak.

“Las acciones estadounidenses dentro de Venezuela sólo han logrado ahondar la crisis, causar mayor sufrimiento humano y aumentar las probabilidades de violencia a escala nacional. El consejo que ha usted recibido de sus principales consejeros –el senador Marco Rubio, el consejero de Seguridad Nacional John Bolton, el enviado especial Elliott Abrams y el secretario de Estado Mike Pompeo– fue y sigue siendo erróneo”, señaló VIPS.

“Creemos que andar picando pleitos, como es derrocar gobiernos, bloquear la negociación de acuerdos y amenazar el derecho soberano de otros gobiernos a realizar actividades que no amenazan a nuestra seguridad nacional, rara vez es una ruta prudente (…) Subrayamos que muchos de los problemas de Venezuela han sido exacerbados por las políticas estadounidenses y sus intentos de derrocar al presidente”, añaden.

“Cuesta trabajo creer que sus consejeros hayan iniciado esta pelea con Maduro sin darse cuenta de que Venezuela buscaría mejorar sus capacidades defensivas. Además, desafiar a Rusia podría fácilmente conducir a una confrontación de mayores consecuencias. Invocar la Doctrina Monroe de 1823 no ayuda en nada. Que Rusia brinde asistencia para propósitos defensivos a una nación en la que buscamos crear un cambio de régimen y a la que amenazamos con un ataque militar no se vería en muchos lugares como una violación a tal doctrina o como cruzar una línea roja”, advierten los expertos militares y de inteligencia estadounidenses.

“Esta no es la América Latina del siglo XIX, y estamos muy lejos de la crisis de los misiles en Cuba de 1962. La mejor forma de prevenir un peligroso error de cálculo sería que usted (Trump) hablara directamente con el presidente Putin. Las energías de Washington estarían mejor empleadas en aclarar diferencias, ajustar políticas fallidas y promover una resolución pacífica en Venezuela”, concluyen los expertos en inteligencia y seguridad nacional estadounidenses.

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