Detalles sobre provocaciones contra Siria surgen cuando se unen dudas por la muerte del fundador de los llamados Cascos Blancos, James Le Mesurier y una comunicación interna de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ).
El hilo conductor del tema tiene que ver con las continuadas provocaciones sin datos comprobados, de presuntos ataques químicos del Ejército sirio y el papel ejecutor de los Cascos Blancos, que encabezó el británico Le Mesurier acusado además de traficantes de órganos humanos.
Tanto en junio del 2018 como en el transcurso de ese año, la organización que dirigió fue la protagonista de ese tipo de hechos en áreas de la localidad de Duma, en la periferia de Damasco y de otros en Alepo o en la provincia de Idleb.
Testimonios divulgados en sitios web como Wikileaks, Sputnik, Al Masdar o la agencia SANA, muestran la falsedad de esas provocaciones, de cómo forzaron a pobladores para participar, los sobornos con dinero y la acción de profesionales de la televisión o el cine de países occidentales y de la región mediante incursiones ilegales en territorio sirio.
La facilitación de tales acciones fueron bajo la responsabilidad directa de la Junta para la Liberación del Levante, otrora Frente Al Nusra, la más activa y organizada de los agrupaciones terroristas asentada en la región siria de Idleb, último bastión que aún mantienen en esta nación del Levante.
Esta vez, y hace apenas 24 horas, Wikileaks reveló que un experto de la OPAQ- cuyo nombre no se revela por cuestiones de seguridad- envió una carta a esa institución de Naciones Unidas alarmado por la versión redactada, la cual tergiversa los hechos y distorsiona la realidad y ‘es particularmente preocupante.’
La misiva, enviada a Robert Fairweather, jefe de la OPAQ y su adjunto, Aaamir Shouket, desmiente que se haya utilizado gas de cloro, es inexacta y no existen evidencias para demostrra que se produjo un ataque químico como publicitaron en abundancia los medios occidentales y y de los aliados de Estados Unidos en la región.
Un analista internacional, Abu Faisal, comentó la información de Wikileaks y dijo que el informe final de la OPAQ ‘se ajusta a los intereses del Reino Unido, Estados Unidos y Francia, que atacaron territorio sirio en abril del 2018 sin conocerse incluso, el documento mencionado.’
A estos hechos y pocos días después de que el Ministerio de Exteriores ruso revelara la conexión de Le Messurier con la organización terrorista del otrora Frente Al Nusra y exigiera al gobierno británico que explicara sus presuntos vínculos con la organización, fue hallado muerto este noviembre, indicaron los reportes.
Las reveleciones al respecto fueron expuestas por el director de la Fundación Rusa para el Estudio de la Democracia, Maxim Grigoriev, en un estudio titulado: ‘Los Cascos Blancos, instigadores del terrorismo y fuentes de desinformación’ y quien añadió que también están involucrados en la extirpación forzada de órganos humanos de los sirios que viven en áreas dominadas por las agrupaciones armadas.
Le Messurier se encontraba en la hoy antigua Yugoslavia a finales de la década de 1990 cuando la extracción de órganos humanos y su tráfico estaba en pleno apogeo en Kosovo.’Fueron un eslabón clave de este esquema ilegal para extirpar órganos y nuestra información de estos incidentes viene de personas que entrevistamos’, agregó.
Grigoriev confirmó que los órganos humanos de habitantes de Serbia fueron traficados en los lugares donde vivía dicho cabecilla y que el mismo sistema fue implantado en Siria.
La muerte de Le Mesurier- quien se llevó muchos secretos a la tumba- ocurrió precisamente en la ciudad turca de Estambul, donde vivía y en la cual los Cascos Blancos fueron fundados en 2013 con financiación británico-estadounidense y obtuvo una amplia cobertura mediática occidental tratando de presentarlo con matiz humanitario, hasta que fueron encontradas pruebas, imágenes y hechos sobre el terreno.
En ese sentido, la verdad se abre paso a pesar del tortuoso camino que desde los centros de poder occidentales y de sus aliados de la región del Oriente Medio cuando tratan traten de ver un solo árbol y ocultar el bosque.
Pedro García Hernández
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