México – De antígenos, vacaciones y pronósticos
En total, el gobierno mexicano recibió hasta hoy casi 13 millones de dosis, incluidas las envasadas en Querétaro y Morelos, provenientes de cinco corporativos multinacionales distintos
Seis semanas de baja en las tendencias en todos los renglones que se miden desde hace un año en relación al SARS-CoV-2, virus que genera la enfermedad covid-19, pero dentro de la llamada segunda ola aunque algunos países se encuentran en la cuarta, son puestas en riesgo por millones de vacacionistas que atiborran aeropuertos, centrales camioneras, playas y centros de recreación, pero autoridades de no pocos estados y municipios establecieron límites en los horarios y las cantidades de los visitantes.
No son pocos los colegas o enterados que apuestan a que dos semanas después de concluido el periodo vacacional padeceremos un repunte que desde ya nombran tercera ola, como sucede en Europa, destacadamente en la Alemania de Angela Merkel a la que tanto elogiaron su estrategia anticovid-19 columnistas incapaces de rectificar públicamente.
Es muy raro que los abundantes analistas que de la noche a la mañana se comportan como expertos en epidemiología, asuman el menor espíritu autocrítico por sus pronósticos sin fundamento, como en los casos de Jorge Castañeda que a gritos como acostumbra, preguntaba: “¿A quién se le ocurre comprar la vacuna Sputnik V?” Y el genio de la todología, Héctor Aguilar Camín (“Yo leo”) explicando que el antígeno funciona en Rusia pero no en México. Todo por el obsesivo e interesado afán de confrontarse con un gobierno que les dio una patada donde más duele, en el bolsillo individual y en la chequera empresarial.
Ojala (Alá quiera) no tengan razón los pronosticadores. Sólo que Hugo López-Gatell lo advierte, mientras exista la epidemia hay posibilidad de que resurja un repunte, no hay una garantía de que en ningún país se extinga la epidemia si existe en otra nación del mundo, “no se pueden reducir las medidas de prevención, como lavado de manos, uso de cubrebocas y el abstenerse de encuentros masivos, porque existe riesgo de reemergencia”.
Y más todavía cuando después de los vacunados (7.4 millones) no pocos se comportan como si en automático quedaron protegidos con la primera dosis, cuando se requieren entre tres y cuatro semanas para que el biológico cumpla su propósito protector en la primera dosis (70-80%) y la segunda que ya recibieron más de 850 939 personas es para prolongar su efecto, explican autoridades de Salud.
En total, el gobierno mexicano recibió hasta hoy casi 13 millones de dosis, incluidas las envasadas en Querétaro y Morelos, provenientes de cinco corporativos multinacionales distintos, antígenos “todos ellos seguros y de alta eficacia” (López- Gatell), aunque no faltó el exhibicionista Federico Arreola que ya pone en duda el de Sinovac “con 50% de eficacia” –como antes lo hizo con Sputnik V– y “en mi opinión ya no debe aplicarse en México”, le dice al presidente Andrés Manuel del que se presenta como “amigo” y le encanta “asesorarlo” en público. ¡Qué se cuide Arreola porque la OMS lo puede convocar a sus filas!
México ocupa el lugar 16 por la aplicación de vacunas por cada 100 habitantes. El 1º lo tiene Israel que ya cubrió al 100% de su población, marginando a la ocupada Palestina; 2º Emiratos Árabes Unidos y 3º Gran Bretaña.
“Si no nos ayudas, no resistiremos”, suplican médicos del Instituto Mexicano del Seguro Social, quienes junto con el personal sanitario de las secretarías de la Defensa y de Marina se incorporan en forma más decidida para intensificar el ritmo de vacunación. Tienen razón y es indispensable ayudarlos, que no es otra cosa que cumplir con nuestra parte, pues sin ella no existe salida a la crisis sanitaria mexicana y global.
Eduardo Ibarra Aguirre
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