México – ¿Fin de la minería depredadora?

A diferencia de nuestro pe­riódico, los demás medios no le dieron la importancia que tiene la decisión presidencial de cancelar la explotación de la mina Los Cardones, en la Sierra de La Laguna, ubicada entre La Paz y Los Cabos, Baja California Sur. En dicho negocio para extraer a cielo abierto un millón 400 mil onzas de oro se involucró los últimos años quien ocupa el puesto número cuatro en cuanto a fortuna en México: Ricardo Salinas Pliego. En 2018 no le fue mal, pues la incrementó en casi 80 mil millones de pesos. Tratar de poner en marcha la explotación de esa mina se remonta al sexenio del presidente Ernesto Zedillo.

La mayoría de los mexicanos no saben la importancia de la región donde se ubica Los Cardones. Por decreto presidencial, hace 25 años poco más de 112 mil hectáreas de la Sierra de La Laguna fueron declaradas Reserva de la Biósfera. Esa porción de tierra es una isla de flora, fauna y ecosistemas en medio del desierto. Alcanza una altura de 2 mil 200 metros, con lluvia muy escasa, pero donde se localizan las reservas de agua más importantes del sur de Baja California, en beneficio de los habitantes de La Paz, Todos Santos, San José del Cabo y Cabo San Lucas.

A lo anterior se suma la variedad de formaciones vegetales: desde matorral, bosque tropical caducifolio, vegetación de cañada, o bosque de galería hasta bosque de encinos, pinos y pastizal. La riqueza biológica de la reserva es notable, con una fauna que solamente allí existe. Igual la flora, la más importante de Baja California Sur: más de 2 mil 700 especies, de las cuales una cuarta parte son endémicas. En cuanto a la fauna, suman 289 especies de aves locales y migratorias. De todas ellas, 41 sólo allí se pueden localizar. Es hábitat de reptiles como la salamanquesa, el ajolote, los bejori, el ajolotito rayado, la víbora chirrionera y la culebra prieta de agua. Agreguemos 47 especies de mamíferos. En fin, por sus condiciones geológicas y geográficas, los especialistas llaman a la región un laboratorio biológico que permite saber más sobre la evolución de los ecosistemas que mantienen la vida del planeta en un medio donde la lluvia es muy escasa.

Por todo ello, científicos, organizaciones defensoras del ambiente y otros grupos ciudadanos se opusieron siempre a la explotación de la mina, que sería la segunda más importante en su tipo de México. Tendría un tajo a cielo abierto de 100 metros por 400 de alto. Más de la mitad de la actividad extractiva se ubicaría en la citada reserva de la biósfera. Sin embargo, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) en varias ocasiones aprobó las manifestaciones de impacto ambiental (MIA) que presentaban las empresas canadienses y mexicanas.

Los diversos dueños de ese negocio, siempre alegaban que no causaría daño alguno a la reserva ni utilizaría el agua existente en la región, pues la obtendrían de una planta desalinizadora a través de un acueducto de 43 kilómetros. No serían problema los residuos de sustancias peligrosas (entre ellas 200 toneladas de cianuro de sodio cada mes), requeridas en la extracción del metal, pues irían a sitio seguro. Utilizar cada mes 240 toneladas de explosivos de alto poder, tampoco. En fin, un proyecto cien por ciento respetuoso del ambiente y los recursos naturales y que generaría empleo y bienestar en la región.

A los opositores a ese negocio los acusaron de ser un pequeño grupo de activistas fanáticos de la ecología. Enemigos del progreso, pues olvidan que la minería representa 8.3 pot ciento del producto interno bruto del país y genera 371 mil empleos directos. Mas la oposición la encabezaron investigadores de gran prestigio en México y el exterior, como el doctor Ezequiel Ezcurra.

El enemigo principal de la minería no son los científicos ni los grupos ecologistas. Lo es la ilegalidad con que actúan no pocas empresas en contubernio con las instancias gubernamentales; el que México sea el quinto país más inseguro en minería. Además, que buena parte de las empresas de dicho ramo tienen poco o nulo aprecio por el medio ambiente y la calidad de vida de los trabajadores y las poblaciones afectadas. Dos ejemplos: Cananea y Pasta de Conchos.

Iván Restrepo

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