México – Periodistas al frente

Los periodistas, como gremio, no suelen ser noticia. Apenas a nivel individual, como líderes de opinión (influencers, en el lenguaje de hoy) o cuando, desgraciadamente, son víctimas de una agresión. Así, “del año 2000 a octubre de 2018 suman 120 comunicadores asesinados”, lo que junto a la falta de garantías individuales, “pone en entredicho el Derecho a la Información y la Libertad de Expresión”.

Las cifras son de la Fraternidad de Reporteros de México (FREMAC), al convocar, junto con el Club de Periodistas y el Partido del Trabajo, al I Foro Nacional “Periodistas y Comunicadores ante la Cuarta Transformación del País”, que se realizó el 14 de noviembre en la sede de la Cámara de Diputados. Curiosamente, a pesar del título del foro, nadie se refirió a lo que significa la cuarta transformación: su contenido y alcance. Transformación que para real y a profundidad, la encuadro dentro de la lucha de clases. O, como definió la Rosa Luxemburgo: Reforma o Revolución.

Ya, en el evento, fluyeron otras cifras, todas negativas para un país que se precia de ser democrático, que sin estar involucrado en una guerra formal nos coloca, en los últimos dos sexenios (este país se hace, deshace y rehace cada seis años), como el lugar más peligroso para ejercer el periodismo, apenas detrás de Iraq o Siria.

El discurso se centró en la violencia que sufre el gremio, dentro del clima de violencia estructural que azota al país; violencia no sólo física, en términos de amenazas y agresiones, sino también violencia económica, que se traduce en precarias condiciones de trabajo (de los bajos salarios, prestaciones que se regatean o despidos. Es común ya que al reportero se le pague sólo por nota publicada, con lo que se devalúe su tiempo de trabajo. De ahí que la agenda legislativa –donde el gremio debe intervenir— incluya, además de la revisión de las condiciones laborales y salariales, el asunto de la seguridad social, que dignifique su labor. Esto, frente los anunciados cambios en las reglas de la política de comunicación social y los criterios de la distribución de la publicidad oficial. Ello implica una nueva relación de los medios con el gobierno entrante y con la sociedad, a la que se deben, que es más crítica.

Una premisa mínima es que sin libertad de expresión no hay democracia que valga. El 15 de noviembre, un sector de la sociedad ya se posicionó, a través de un consejo asesor, en la que dominan tres grandes consorcios mediáticos.

Si bien temario del foro resaltó estos temas de inseguridad y violencia, como parte de los riesgos de su quehacer, igualmente se destacaron los relativos a las garantías y protección a su labor informativa, que se revela, precisamente, en el número de agresiones, que quedan, prácticamente, en la impunidad. Igualmente, se dio un espacio dentro del temario a la tecnología digital: los retos que conlleva su uso, sobre todo, para los periodistas de cierta edad (el celular y la computadora, como puerta de entrada a la red), pero también el reto de los que se creen periodistas por subir sus textos, grabaciones e imágenes a la misma red, y muchas veces –con criterios particulares— dan origen a noticias falsas (fake news) que caen en la desinformación. Finalmente, el foro trató sobre la lucha por el marketing político.

Ejemplo de lo anterior lo tenemos, hoy, en Estados Unidos. Un presidente tuitero, que hecho de la prensa su enemigo público. El mismo día 14, Fox News, tradicionalmente cercano a Donald Trump, se unió a otros medios como The Washington PostThe New York TimesUSA Today, las cadenas NBC y CBS, y la revista Político, entre otros, en apoyo solidario a la cadena CNN, a cuyo corresponsal en Washington, Jim Acosta, le fue retirada su credencial de acceso a la Casa Blanca. Todo, porque le preguntó al Presidente si su postura frente a la caravana de migrantes centroamericanos, cuyo destino es Estados Unidos, no tenía un sentido electoral. Para este aprendiz de político fue una pregunta más que incómoda. La tildó de molesta.

José Luis Avendaño C.

Artículos de:

Disclaimer: The contents of this article are of sole responsibility of the author(s). The Centre for Research on Globalization will not be responsible for any inaccurate or incorrect statement in this article. The Center of Research on Globalization grants permission to cross-post original Global Research articles on community internet sites as long as the text & title are not modified. The source and the author's copyright must be displayed. For publication of Global Research articles in print or other forms including commercial internet sites, contact: [email protected]

www.globalresearch.ca contains copyrighted material the use of which has not always been specifically authorized by the copyright owner. We are making such material available to our readers under the provisions of "fair use" in an effort to advance a better understanding of political, economic and social issues. The material on this site is distributed without profit to those who have expressed a prior interest in receiving it for research and educational purposes. If you wish to use copyrighted material for purposes other than "fair use" you must request permission from the copyright owner.

For media inquiries: [email protected]