Neocolonización en pleno siglo XXI

Guam ha estado en el centro del noticiero internacional en los últimos días, debido al intercambio de fuertes agresiones verbales entre Washington y Pyongyang, y las amenazas de Corea del Norte de atacar a la pequeña isla de Micronesia con bombas nucleares.

“Es la presencia de Estados Unidos aquí, que nos hace un objetivo preferencial para Corea del Norte en su conflicto con los norteamericanos”, afirma la académica y activista social guameña, Lisa Natividad, profesora adjunta de la facultad de Servicio Social de la Universidad de Guam, y fundadora y presidenta de Guahan Coalition for Peace and Justice (Coalición de Guam por la Paz y la Justicia), y miembro de Guam Decolonization Commission (Comisión por la Descolonización de Guam).

“Guam no se siente segura con la presencia del Ejército de Estados Unidos”, dice Lisa. En Guam, cuya capital Agaña tiene una población de no más que 163.000 personas, la principal etnia es la de los chamorros. La líder social, exactamente un chamorro, afirma también que su pueblo conoce bien el “terrible poder de una bomba nuclear”, al recordar que la isla asiática al oeste del Océano Pacífico fue invadida durante la Segunda Guerra Mundial por los japoneses, lo que hizo del territorio guameño una zona de guerra activa de 1941 a 1944.

Territorio norteamericano desde 1950 tras el final de la Segunda Guerra Mundial, Guam alberga tres bases militares de Estados Unidos como amenaza a los rivales de Washington en Asia. La isla sufre con el imperialismo de los estadounidenses en los más diversos aspectos de la vida diaria.

En pleno siglo XXI Guam sigue siendo una colonia, en la lista de Naciones Unidas de Territorios No Autónomos desde el inicio de la lista, creada en 1945; hecho lamentado por la docente, habitante del pueblo de Inarajan donde habitan no más que 2.200 personas. “La colonización norteamericana de Guam ha creado grandes problemas a nuestra isla, y a nuestro pueblo”.

En 1985, la isla introdujo el Guam Commonwealth Act, proyecto de ley enviado al Congreso de los neocolonizadores Estados Unidos, que contenía una forma de autogobierno para Guam, alterando el estatus político de la isla asiática hacia el de una comunidad de Estados Unidos. Tras algunas negociaciones, fue finalmente negado en 1997.

“No fue una elección perfecta, pero sin duda era más ventajosa en comparación con un territorio no incorporado, como somos hoy”. El pueblo guameño no tiene derecho a su ejército propio, ni a votar por el presidente de Estados Unidos.

Guahan Coalition for Peace and Justice fue fundada tras el anuncio de la firma de un acuerdo entre Estados Unidos y Japón para transferir ocho mil marines estadounidenses de Okinawa y de Corea del Sur a Guam, en 2006, centrada en las cuestiones de descolonización política y desmilitarización de la isla a través de la organización de conferencias, foros públicos, divulgación por los medios de comunicación, y presentación de los problemas de la nación guameña ante entidades internacionales como las Naciones Unidas.

“Pobreza, vivienda precaria, abuso de sustancias tóxicas, encarcelamiento, evasión escolar, embarazo en la adolescencia, suicidio, cáncer y problemas de salud mental: sólo para citar algunos casos”, son parte de los problemas que, según Lisa, enfrentan mayormente los chamorros de la isla guameña.

“La isla educa a la comunidad en el proceso de descolonización, a través del trabajo de la Guam Commission on Decolonization (Comisión de Guam sobre la Descolonización), con la esperanza de resolver su status político en los próximos años”.

La cultura local fue uno de los primeros valores atacados por el imperialismo en Guam, como siempre ha sido a lo largo de la historia, en todo el mundo. “Estoy haciendo clases para aprender mi propia lengua… ¡Otro subproducto de la colonización!”, dice Lisa al destacar que pocos en la isla hablan el idioma nativo, el chamorro.

Cuestionada sobre los medios locales, la guameña asegura que están vinculados a los Estados Unidos, “reportando desde la perspectiva de adoctrinar a las personas a creer que Estados Unidos es la mayor potencia mundial, y que la occidentalización y la americanización son el camino para el éxito”.

Para ella, tal postura mediática, cuando no es confrontada, resulta también en un aumento del patriotismo de Estados Unidos entre su pueblo, y así sigue Washington con su colonización de Guam.

“Los medios guameños también son utilizados para promover la agenda global de Estados Unidos, sólo contando un lado de situaciones geopolíticas y justificando el complejo industrial militar de Estados Unidos”.

Hay en el mundo hoy casi 800 bases militares de Estados Unidos fuera del territorio norteamericano: “Es inaceptable. Los militares deben ser convocados sólo para la defensa, y utilizados dentro de las fronteras de un país”, comenta indignada la presidenta de Guahan Coalition for Peace and Justice.

“Estamos felices en alcanzar a los medios de comunicación mundiales, dispuestos a ayudarnos a difundir el mensaje de la colonización y la expansión de la militarización de los Estados Unidos, para ayudar a impulsar el diálogo y construir la solidaridad global en favor de un mundo libre y pacífico “, dice Lisa Natividad al mismo tiempo que afirma que si EE.UU. quiere respetar a la isla, debe apoyar y participar en su proceso de descolonización.

Edu Montesanti

Edu Montesanti: Autor de Mentiras e Crimes da ‘Guerra ao Terror’ (Brasil, 2012), escribe para la revista brasileña Caros Amigos, Pravda Brasil, y Pravda Report (Rusia). Traductor del sitio de las Abuelas de Plaza de Mayo (Argentina), y de Revolutionary Association of the Women of Afghanistan.

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