Globalización

Hay hombres que matan por dinero: son los sicarios o “matones”, aquellos que viven precisamente de eso, de matar gente. Están también los que matan para robar, conseguir dinero o hacerse con algo valioso: son los que asaltan bancos y matan, en este caso ocasionalmente y como algo accidental, a quien se cruza en su camino.

No podemos olvidar a aquellos que matan por placer, a los que disfrutan a la vista de la sangre, psicópatas que experimentan satisfacción torturando y viendo morir a la gente. Y por último están los que matan por venganza, para reparar un daño que se les ha hecho y que quieren hacer pagar a sus enemigos. Este tipo de criminal resulta el más peligroso de todos, porque, generalmente, mientras planifican detalladamente sus matanzas, no reflexionan sobre el por qué sus enemigos le quieren hacen daño ni sobre las circunstancias extremas que han provocado el resarcimiento de la parte contraria.

Binyamin Netanyahu, primer ministro de Israel, tiene un poco de cada uno de los asesinos de que hablamos más arriba, aunque si hubiera que clasificarlo sucintamente, no cabe duda de que estaría en el último grupo.

Los criminales vengativos son, sin duda alguna, los más peligrosos. Y esto es así porque no recurren a la justicia para solucionar su sed de venganza, rechazan todos los planes de paz justos que se le ofrecen y se consideran plenamente justificados en su derecho al desagravio. Aunque normalmente los asesinos vengativos carecen de creencias de ningún tipo, en el caso de Netanyahu si las hay: oficialmente es de religión judía y, como tal, se considera judaista. Como líder del Estado hebreo, se considera también elegido por el vengativo dios judío, Jehová, para dirigir a su pueblo (algo así como un Moisés del siglo XXI) y como tal planea, desarrolla y ejecuta sus planes sin considerar los límites de su venganza ni recapacitar sobre el atroz castigo que infringe a sus víctimas.

Los asesinos por venganza son los que más sed de sangre tienen y, como tales, no reparan en su codicia ni ponen límites a sus pretensiones, por más ilegítimas, atroces y degradantes del ser humano que estas resulten. Hay que matizar que aquellos que matan por venganza son los asesinos más peligrosos de todos, ya que no actúan por impulsos, como podrían hacerlo los que matan por placer o los que lo hacen por dinero, sino que disfrutan tanto de sus crímenes como del placer que les produce maquinarlos.

Estos asesinos vengativos hostigan, asaltan y destruyen el territorio y los derechos de sus vecinos siempre que les viene en gana y sin reparar en los crímenes que para esto cometen. Además de vengativos, los asesinos a los que pertenece Binyamin Netanyahu son diabólicos, ya que lo primero que hacen es armase hasta los dientes para que su deseo de venganza y su sed de sangre sean todo lo destructivos e inhumanos que resulte posible.

Mientras estos asesinos aplastan pueblos, torturan seres humanos y matan sin piedad a todos los que se oponen a sus deseos, disponen también de aliados que los apoyan incondicionalmente en su despreciables asesinatos. En el caso de Israel, su principal cómplice en el genocidio palestino es USA (United Svastic of America), país que no ha dudado un momento en apoyar la cruzada israelí para exterminar a todos los vecinos que se opongan a su desmedido propósito de crear un Oriente Medio sin árabes; o al menos, sin árabes que se enfrenten a sus ilegales y criminales tácticas de invadir territorios ajenos.

Antes de Netanyahu, fue Adolf Hitler quien desarrolló esta estrategia y de quien, sin ningún tipo de escrúpulos, han copiado los habitantes del Estado de Israel sus tácticas de genocidio. Recuérdese que Binyamin Netanyahu es un primer ministro electo en las urnas; esto es, que han sido los ciudadanos israelíes los que lo han elegido. Se trata de la denominada “solución final” o limpieza étnica, en este caso paradójicamente protagonizada por las mismas víctimas que la sufrieron hace apenas ochenta años a manos de los nazis… ¿Estará entre los propósitos ocultos de Netanyahu la creación de crematorios para acelerar su proyecto de exterminio del pueblo palestino?

Tomás F. Ruiz