Noche en vela por culpa de Nicaragua

Las 11.30 pm.- Me concedo un güisquicito para conciliar el sueño (ojo: recetado por el médico), pero el duende del oficio sugiere que vea la entrevista de Telesur con Daniel Ortega. Respiro hondo… muy hondo: uno, dos, tres ¡Ya está! Otro güisquicito.

11.52 pm.- Indulgente, Patricia Villegas asiente y frunce el ceño, ayudando al presidente para que no se enrede con su habla pastosa. Sus preguntas parecen convenidas, y levemente distintas del estilo Jorge Ramos/Andrés Oppenheimer, que imponen sus comentarios por sobre lo que diga el entrevistado. ¿Cómo lo sé? Bueno…exactamente, no lo sé. Apenas llevo 47 años en el oficio.

00.12 am.- ¡Zambomba!… ¿Estoy pedo, o veo una viborita enroscada en un micrófono? La Charo no puede ser, porque en el zodiaco chino ella es conejo. O sea, amante de la paz y la concordia.

00.35 am.- Fin de la entrevista. En el ínterin, llega un correo. No lo abro. Estoy agotado.

03.20 am.- ¡Pling!… Ojos de huevo. Soñé que una anciana sandinista, me decía: ¡es tu culpa!, ¡es tu culpa!; que a Julian Assange lo echaban a patadas de la embajada de Quito en Londres; que Netanyahu agradecía en la ONU la proclamación del Estado judío mundial; que el sup usaba dos pasamontañas. Todo mezclado y confuso.

03.30 am.- Insomne, preparo café. Primer cigarrillo del día que, por supuesto, será el último. ¡Qué hago? Retomo la relectura de Los endemoniados.

04.15 am.- Abro el correo. Lo envía una reconocida periodista que me regaña por mi falta de respeto a la resolución sobre Nicaragua, expedida en el 24 Encuentro del Foro de Sao Paulo (La Habana, 15-17/2018). Ella estuvo ahí, y asegura: “…no hubo declaraciones preparadas, y es quizás la primera vez que en el foro se habló a calzón quitado de todos los problemas, muy fuertemente”. Subrayo primera vez.

Cabe, entonces, transcribir lo que textualmente, dije: “…fuentes allegadas (al foro), aseguran que el documento habría sido ‘consensuado’ (…) por expertos en declaraciones homeopáticas para temporadas de verano” (Viñetas nicaragüenses, La Jornada, 25/7/18).

Mi amiga dice que tras el triunfo de Daniel (6 de noviembre de 2016), la nueva embajadora (sic) de Estados Unidos se reunió con los empresarios y les advirtió que el gobierno de Trump (sic) estaba “…muy disgustado por sus negocios con Ortega, los acuerdos con China y Rusia y su presencia en el ALBA”.

Observación: ¿esa reunión fue durante el gobierno de Barak Obama o el de Donald Trump? La embajadora Laura F. Dogu, fue nominada por Obama en mayo de 2015, tenía más de un año en Nicaragua, y se llevaba bien con Daniel. Además, era un alfil del secretario de Estado John Kerry, un progre del Partido Demócrata, autor del informe que llevó a juicio al teniente coronel Olivier North (caso Irán-contra 1985/86), y piedra angular del restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Cuba (julio de 2015).

Es verdad: todos son iguales. Pero ahora no estoy redactando una declaración antimperialista, sino recordando al lector que Obama no era W. Bush, y Kerry no era Condoleezza Rice. Por lo demás, ni la embajadora, ni Ortega, ni Obama, ni Kerry, ni Hillary… ¡vamos! ni los hackers de Putin o el tarot de la Charo, imaginaron que 48 horas después del triunfo de Daniel, Trump se alzaría con la presidencia poniendo a doblar las campanas del mundo.

Laura F. Dogu estuvo bajo el mando de los cuatro secretarios de Estado de Trump: Tom Shannon, Rex Tillerson, John J. Sullivan y el actual, Mike Pompeo. Quince meses en los que fuera del trabajo de rutina del Comando Sur, la National Endowment Democracy (NED), la USAID, las ONG del imperio, el volátil gabinete de Trump y los narcos, resultaba improbable que Trump tuviera clara su política en Nicaragua. Hasta que Mike Pompeo (ex director de la CIA), asumió en marzo pasado.

Un periodo en el que otras fuerzas alineadas con Washington, pero con iniciativa propia y de armas tomar, pusieron la leche en la hornalla, dejando que hirviera frente a las narices de Daniel y la Charo. Me refiero a los perros de la guerra de Miami (congresistas Ileana Ros-Lehtinen, Ted Cruz, Marco Rubio), y sus estrechos vínculos con la cooperación israelí. Pregunta: ¿Ortega tenía servicio de inteligencia, o lo madrugaron de un día para otro?

He apoyado o suscrito docenas de resoluciones de lenguaje similar al del documento de marras. En los que la política se piensa en términos meramente geopolíticos, y las clases de lucha se subsumen en la lucha de clases. Lógica anacrónica y binaria de las izquierdas previsibles, y totalmente agotadas en un mundo que las abruma y desborda.

Y desde ya, si algún enemigo de-todas-las-dictaduras, trata de tergiversar mis comentarios en beneficio propio, abstenerse. Esta bronca es de las izquierdas, y no de las derechas liberales, comemierdas y golpistas.

06.30 am.- Suena el despertador. Veré si puedo dormir un poco.

José Steinsleger

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