¿Por qué cayó tan rápido el gobierno sirio y qué consecuencias tiene para la región?
La caída de Assad cambia el equilibrio de poder en Oriente Medio. La región en su conjunto, incluido el Cáucaso Meridional, puede enfrentarse a nuevos conflictos.
Nadie había visto venir la caída de Assad, y mucho menos que ocurriría tan pronto. ¿Qué explica la rapidez con que se invadió el país? Entran en juego varios factores.
Aislamiento
En los últimos años, los sirios se habían apartado casi unánimemente del presidente Assad. Las duras y, según el derecho internacional, ilegales sanciones económicas de Occidente habían provocado el colapso de la economía y empobrecido a amplios sectores de la población.
En un intento de reanimar la economía, Assad buscó el acercamiento a los países del Golfo. Sin embargo, jugó duro: Ya que esos países, apoyaron a los rebeldes yihadistas, exigía que ellos financiaran la reconstrucción del país. Se negaron, en parte por la implicación del gobierno sirio en la producción y distribución de captagon, una droga que inundó la región del Golfo.
Esto reforzó su aislamiento, tanto dentro como fuera de Siria. La corrupción era generalizada y Assad gobernaba con mano muy dura sobre todo sobre la base de una minoría chiíta (los alauitas). Tras la guerra civil, Assad no había logrado restablecer la paz. La mitad de la población había sido desplazada o había huido al extranjero.
Amplias zonas del país no estaban bajo control. En 2018, Rusia llegó a una reconciliación con los distintos grupos rebeldes, pero Assad la ignoró al cabo de unos meses. Metió a la gente en la cárcel y les quitó la autonomía que había dado a las ciudades pequeñas, donde se sentían seguros.
Eso debilitó la posición militar de Assad. Además, los continuos bombardeos israelíes de instalaciones militares en Siria habían debilitado enormemente las capacidades logísticas y materiales de las fuerzas armadas sirias.
Por su parte, los diversos grupos yihadistas podían contar con el apoyo de Turquía, Israel y Estados Unidos.
Los aliados abandonan
Todo esto significaba que el gobierno de Assad sólo podía resistir gracias al apoyo de Rusia, Irán y Hezbolá.
Estratégicamente, Siria es muy importante para los rusos debido al único puerto de agua caliente que tienen allí en el Mediterráneo. Pero con la guerra en Ucrania, Rusia estaba menos capacitada o dispuesta a ayudar militarmente a Siria.
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Puerto de aguas calientes de Tartus. Mapa: cacahuate & Globe-trotter, Wikimedia Commons / CC BY-SA 3.0
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Pero lo que contribuyó en gran medida a esta situación fue el debilitamiento de Hezbolá e Irán en Siria. En los últimos meses, los bombardeos israelíes habían interrumpido por completo la logística iraní. Eso impidió la acumulación de fuerzas iraníes para defender al gobierno sirio.
También obligó a los combatientes de Hezbolá a regresar al Líbano. Sin el apoyo de las milicias chiíes de Irán ni del Hezbolá libanés, Assad no pudo mantenerse de pie y Siria cayó como una fruta madura en manos de los combatientes yihadistas bien armados y organizados liderados por Hayat Tahrir al-Sham (HTS).
Fragmentación de la oposición
Los grupos de la oposición que derrocaron a Assad están profundamente divididos. Las tres facciones principales -Hayat Tahrir al-Sham (HTS), el Ejército Nacional Sirio (ENS) pro-turco y los rebeldes del sur- sólo comparten un enemigo común: Assad.
HTS, un grupo yihadista, tiene poco en común con las facciones islamistas más heterogéneas del ENS y los rebeldes del sur. Además, estos grupos mismos están formados por un mosaico de facciones internas que se enfrentan regularmente entre sí.
No existe coordinación ni estructura general entre estos grupos. Esta falta de unidad hace improbable una transición pacífica o un reparto estable del poder.
La antigua coalición de la oposición siria (CNS) se ha vuelto casi irrelevante, mientras que el poder reside ahora en los líderes locales y las milicias de los suburbios pobres y las zonas rurales.
Implicaciones geopolíticas
La caída de Assad tiene importantes implicaciones regionales. Turquía ha obtenido una ventaja estratégica al reforzar su influencia en el norte de Siria.
Para Rusia e Irán, que apoyaron a Assad durante años, su caída supone una gran derrota.
Para Irán, las consecuencias son especialmente graves. Irán teme que estos acontecimientos desestabilicen también Líbano, y que Hezbolá se convierta en el próximo objetivo.
También existe la amenaza de una mayor inestabilidad en Irak, un importante país socio económico y estratégico para Teherán. Si Irán pierde el control sobre Irak, sería un duro golpe para la economía iraní, que depende del comercio de petróleo a través de Irak. Además, se teme un resurgimiento del tipo de conflictos que condujeron a la guerra entre Irán e Irak en la década de 1980.
Para Estados Unidos, la caída de Assad forma parte de su estrategia para limitar la influencia iraní en la región y reforzar a Israel. Cortar el llamado «eje chií» (que va de Irán a Líbano, pasando por Irak y Siria) es una victoria para Washington y Tel Aviv.
Israel está reforzando su posición. Siria era crucial para el suministro de armas a Hamás y Hezbolá. Para ambos movimientos de resistencia, la caída de Assad es un duro golpe. Israel está aprovechando la oportunidad para destruir en gran medida las capacidades militares de Siria mediante intensos bombardeos y para ocupar partes del país, con la posible intención de anexarlas.
En Siria, el futuro es incierto. La transición a un gobierno estable y democrático es posible, pero poco probable. Es probable que Siria caiga en un caos prolongado, similar a la situación en Libia, con distintas facciones disputándose el poder.
Implicaciones fuera de Oriente Medio
La evolución de la situación en Siria también puede tener repercusiones fuera de la región, especialmente en el Cáucaso Meridional. Tras la victoria siria, Turquía puede verse tentada a dirigir su atención hacia Armenia, cooperando con Azerbaiyán en un intento de crear un corredor terrestre entre Azerbaiyán y el enclave turco de Najicheván.
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Mapa: Wikimedia Commons / CC BY-SA 3.0
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Esto privaría a Armenia de un territorio crucial. Para Rusia, ya debilitada por la guerra de Ucrania y la derrota en Siria, esto supondría un nuevo desafío estratégico.
Irán, que limita con Armenia y Azerbaiyán, también puede reaccionar ante las ambiciones turcas en la región, dada la amenaza potencial que suponen para su frontera septentrional.
Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, al traductor y Rebelión como fuente de la traducción.
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[Traducido del neerlandés para Rebelión por Sven Magnus]
Fuentes
Why Bashar al-Assad’s security state collapsed so dramatically in Syria
10 points about the fall of Bashar al-Assad’s Syria
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