La revolucionaria tecnología 5G se encuentra hoy en el centro de las conversaciones que inician hoy en Washington delegaciones de Estados Unidos y China.
La persecución de la compañía china Huawei contra la cual el Departamento de Justicia presentó el lunes un paquete de cargos que involucran a dos subsidiarias y a su directora financiera, Meng Wanzhou, en libertad bajo fianza en Canadá en espera de un proceso de extradición iniciado por los estadounidenses, son un serio obstáculo para cualquier avance.
En Argentina, cuando la Cumbre del G20 en diciembre, el presidente Donald Trump y su par chino, Xi Jinping, establecieron un compromiso y compas de espera en las disputas comerciales entre ambas naciones.
Trump prometió en la tregua suspender hasta el 1 de marzo el incremento de los aranceles de 10 al 25 por ciento a importaciones anuales chinas por valor de 200 mil millones de dólares y amenazó con activar las tarifas un día después de no alcanzarse un acuerdo en esta ronda de conversaciones.
Sin embargo, crecen los temores de la Casa Blanca de verse superada por China en el control de la tecnología móvil de quinta generación (G5) y la expansión de nuevos aparatos con más potencia y más rapidez.
El despliegue de la quinta generación de tecnología inalámbrica de telecomunicación, el llamado 5G es hoy la manzana de la discordia entre chinos y estadounidenses por su previsible impacto en el sector económico mundial sin descartar asuntos de seguridad nacional.
Un reciente artículo del diario The New York Times resume el enfrentamiento y precisa que en la carrera 5G con China, Washington empujan a los aliados a luchar contra Huawei, la cara visible del problema.
Hay claras presiones estadounidenses sobre británicos, polacos, alemanes, entre otros, para parar negocios y acuerdos con el gigante asiático en este campo.
Entre otros mensajes, la Casa Blanca dice a sus aliados que cualquier beneficio económico del uso de equipos de telecomunicaciones chinos más baratos amenaza la seguridad de la alianza de la OTAN.
Precisó el rotativo neoyorquino que a lo largo del año pasado, Estados Unidos se embarcó en una ‘campaña global sigilosa y ocasionalmente amenazadora’ para evitar que Huawei y otras empresas chinas participen en la remodelación más dramática para controlar Internet desde que surgió 35 hace años.
Expertos norteamericanos plantean que el mundo está comprometido en una nueva carrera de armamentos: una que involucra tecnología, en lugar de armas convencionales, pero que representa un gran peligro para la seguridad nacional de Estados Unidos.
Washington evidentemente, en una época en la que las armas más poderosas, además de las nucleares, están controladas por un ciberespacio, quiere dominar 5G y reservarse ventajas económicas, de inteligencia y militar durante gran parte de este siglo.
Según el Times, lo que es bueno para los consumidores también es bueno para los servicios de inteligencia y los ciberataques.
No es para menos, pues ‘quien controla las redes controla el flujo de información y puede cambiar, redirigir o copiar datos sin el conocimiento de los usuarios’, señala.
Plantea el diario que entrevistas con funcionarios gubernamentales y funcionarios de inteligencia y altos ejecutivos de telecomunicaciones, aclaran que el potencial de 5G lleva a la Casa Blanca a plantear que debe haber un solo ganador en este Carrera de armamentos, y el perdedor debe ser desterrado.
En esa apuesta que no estará ausente de las negociaciones, la Casa Blanca redacta una orden ejecutiva, que se espera en las próximas semanas, que prohibiría efectivamente a las compañías estadounidenses utilizar equipos de origen chino en redes de telecomunicaciones críticas.
En este escenario, las opiniones de Trump, combinadas con la falta de pruebas sólidas que implican a Huawei en cualquier espionaje, llevan a algunos países a preguntarse si la campaña de Estados Unidos se trata realmente de seguridad nacional o si está destinada a evitar que China obtenga una ventaja competitiva.
Según Chris Lane, analista de telecomunicaciones en Hong Kong para Sanford C. Bernstein, citado por el Times, ‘todo estará conectado’, por eso ‘tanto Estados Unidos como China creen que cualquiera de los países que dominen 5G obtendrán una ventaja económica, de inteligencia y militar durante gran parte de este siglo’.
La mesa de negociaciones estará caliente y en otras palabras, los estadounidenses intentarán hacerle a Huawei exactamente lo que ahora están preocupados de que Huawei le haga a los Estados Unidos.
Luis Beatón
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