Globalización

Imaginemos una familia que tiene una casa muy valiosa, con muchas cosas muy caras; la esposa es una mujer muy bella, pero el padre es un golpeador, violento, que no da el gasto y con ello tiene a la familia sin satisfacer ni sus más elementales necesidades; no da ningún permiso a sus hijos, por lo que algunos han abandonado la valiosa casa, pero otros se han encarado con el dictatorial padre.

Aparece un tío gringo que apoya a esos hijos rebeldes, pero con la clara intención de quedarse con la mujer y la casa, o sea, que va a despojar a los hijos de su herencia y los convertirá en sus empleados. Sin embargo, el padre pide a otro pariente, el tío ruso, que intervenga. Entonces, lo que se va a dar es un pleito entre los dos tíos, y gane el que gane quien perderá es la familia.

Lo que sucede en Venezuela es terrible. Se vislumbra que después de mucho sufrimiento y sangre, solo sean probables tres escenarios, a corto plazo:

1. Que con su ilegalidad, violación de derechos humanos y alejamiento de la democracia, se mantenga Maduro.

2. Que llegue Guaidó o cualquier otro, apoyado y atado por el gobierno de los Estados Unidos, con lo cual las riquezas venezolanas quedarán al servicio del gobierno de Trump, y Venezuela pierda, en la realidad, su independencia y su soberanía.

3. Que el territorio venezolano se convierta en el Vietnam de América y solo sea el escenario del enfrentamiento de Estados Unidos contra Rusia.

Lo ideal que es que nuestros hermanos venezolanos tengan una nación democrática, que aproveche libremente sus valiosos recursos en beneficio de su pueblo, y gozando de plena soberanía. Pero eso, por el momento, es muy poco probable. Y lo es por las condiciones geopolíticas, por la necedad del dictador Maduro, por la ambición de Guaido, por los intereses de Estados Unidos, de Rusia y de otras naciones. También, por las ambiciones de las empresas transnacionales y, desde luego, de los militares.

Así parece que la caída de Maduro no depende de los venezolanos, sino de gobiernos extranjeros, y ello implica que los venezolanos tengan que elegir entre democracia con alivio económico, pero con pérdida de su independencia y su soberanía, o mantener su independencia y soberanía, pero con una falta de democracia y con la terrible situación económica que padecen.

Mario Rosales Betancourt

Mario Rosales Betancourt: Abogado, profesor universitario y periodista.