Trump en el sótano

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Los bajos índices de aprobación de Trump hace tiempo que son noticia, pero cuanto más se analizan, peor resultan. A riesgo de caer en un psicoanálisis salvaje, debe ser muy duro para un narcisista patológico como Donald, suponiendo que ha sido completamente informado sobre el tema.

He aquí un gráfico de la historia de los índices de aprobación presidencial de Gallup. Comenzaron en 1942 con la pregunta: “¿Aprueba o desaprueba la forma en que X está haciendo su trabajo como presidente?”. Pero el ritmo de realización de la encuesta era irregular al principio, y no comenzó a ser más o menos mensual hasta alrededor de 1950. La encuesta ha sido diaria desde que Obama asumió el cargo (y, por cierto, pasó casi todo su tiempo por debajo de la línea mediana).

Trump estaba en un 40 por ciento el 21 de marzo, desde un mínimo del 37 por ciento tres días antes. Su promedio de marzo hasta el momento, 41 por ciento, está en el percentil trece de las lecturas mensuales desde 1950 (lo que significa que sólo el 13 por ciento de todos los meses desde enero de 1950 ha habido un índice de aprobación del presidente menor). Está doce puntos por debajo del promedio de los sesenta y siete años de historia de la encuesta mostrados en el gráfico.

Más notablemente, marzo es sólo el segundo mes completo de Trump en el cargo. El promedio de los índices de sus predecesores para sus primeros dos meses completos en el cargo es de 64 por ciento; Trump está veinticuatro puntos por debajo de ese promedio, y quince puntos por debajo del habitante del sótano anterior, Bill Clinton. Trump es un maestro en el arte de la luna de miel, pero esa experiencia no se está notando en su presidencia.

Por satisfactoria que sea esta información, no está claro qué se puede hacer con ella. A veces se dice que los índices de aprobación afectan la capacidad de un presidente para hacer aprobar sus propuestas por el Congreso, pero Trump es un presidente inusual y el Congreso está controlado por unos bribones reaccionarios. Las dos ramas del gobierno están lejos de ser una maquinaria bien engrasada. Tal vez eso cambie.

Pero la impopularidad de Trump no es un argumento para no considerarle la verdadera expresión de una tóxica esencia interna americana. Tenemos problemas, pero no estamos todavía tan mal.

Doug Henwood

Doug Henwood: Conocido periodista norteamericano, editor del boletín electrónico Left Business Observer y frecuente colaborador de The Nation y Jacobin.

Artículo original en inglés:

The Basement Dweller, publicado el 23 de marzo de 2017.

Traducido por Enrique García.

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