Globalización

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Sus palabras y sus gestos son reveladores. Sus acciones deplorables se explican por sí mismas.

“El peligroso caso de Donald Trump”, libro publicado esta semana [el autor hace referencia a la segunda semana de octubre de 2017], incluye opiniones de más de dos docenas de especialistas en salud mental.

Encontraron “evidencia abrumadora de profundos rasgos sociopáticos”, junto con un maligno narcisismo.

Ambos trastornos pueden provocar la pérdida del control sobre la realidad, la paranoia, la intimidación, los impulsos violentos, la baja autoestima, la mentira, el engaño, la ira, la impulsividad, la falta de empatía o compasión y, posiblemente, la demencia o la enfermedad de Alzheimer.

El profesor en psiquiatría y derecho, James Gilligan, señaló:

“El problema aquí no es tanto si el presidente Donald Trump es un enfermo mental. En sí mismo él es una persona peligrosa”.

“Se jacta públicamente de la violencia y amenaza frecuentemente con la violencia. Ha convocado a sus seguidores a golpear manifestantes. No ve con malos ojos la tortura. Incluso se ha jactado de su habilidad para cometer acoso sexual sin consecuencias de por medio”.

Es “irresponsable” permanecer en la inercia frente a la evidencia clara de la que Gilligan es testigo. Es fundamental “advertir a las víctimas potenciales en interés de la salud pública”, señaló.

Permanecer en silencio sobre las acciones perturbadoras de Trump “es apoyarlo de manera de forma abrumadora y contribuir a caer en el peligroso e ingenuo error de tratarlo como si fuera un presidente ‘normal'”, añadió.

“No lo es, y es nuestro deber decirlo”. Cosas fuertes…

En abril pasado, Psychology Today publicó un artículo bajo el título “Psiquiatras definen los peligros del presidente Trump”, señalando que Trump “puede o no tener una enfermedad mental”. “Puede o no tener un trastorno orgánico cerebral”.

Cualquiera que sea el caso, destacados expertos en salud mental coinciden en que están éticamente obligados a informar a la opinión pública sobre “cada cada uno de los casos de distorsión de la realidad, toma de decisiones impulsiva y violación de las reglas básicas de comportamiento que caracterizan al presidente Trump”.

El psiquiatra Robert Jay Lifton destacó la importancia de prevenir la “normalidad maligna” de Trump que amenaza a la Nación y, de esta manera, eliminar el peligro que esto conlleva para la paz mundial, la estabilidad y la seguridad.

El profesor clínico de Derecho y Psiquiatría, Bandy Lee, dijo que “Diversos colegas están preocupados por las repercusiones que tendría pronunciarse al respecto, pues carecen de toda protección legal frente a un presidente dispuesto a contraatacar a los críticos.

A menudo Trump es justificado, ella [Bandy Lee] no logra una explicación, especialmente sobre “los medios de comunicación deshonestos”, exploto más de lo que él lo hace, sin su púlpito intimidante para una resonancia extra.

El psicólogo John Gartner reunió decenas de miles de firmas de profesionales para brindar apoyo a solicitud realizada a través de Facebook en la que se considera que los expertos en salud mental tienen la obligación de advertir a las personas sobre el comportamiento peligroso de Trump.

El profesor de Derecho y Psiquiatría Charles Dike no está de acuerdo y dice que los profesionales de la salud mental son responsables ante sus pacientes, más no ante la opinión pública, y agrega: “No somos policías”.

La psiquiatra Judith Herman considera que no se necesita experiencia profesional para reconocer los signos de la inestabilidad de Trump.

Dejando a un lado sus bravuconerías, fanfarronadas y otros gestos, he argumentado que ha sido elegido para servir a Wall Street, a los intereses empresariales y al Estado imperial exclusivamente a expensas del interés público y que muy posiblemente le tiene sin cuidado.

Él no se convirtió en multimillonario siendo un buen tipo. Relaciones sombrías probablemente le permitieron acumular súper ganancias.

Está asociado a su propia clase, por eso es indiferente a la gente de a pie, excepto cuando lanza su retórica para ganar apoyo entre el electorado. Sus acciones deplorables explican por qué está donde está.

Un nuevo sondeo del Centro de Asuntos Públicos de AP-NORC mostró que el índice de aprobación de Trump es de 32%, un nivel mínimo en su presidencia, un descenso desde el 42% alcanzado en marzo y del 35% registrado en junio.

Su fracaso para abordar las consecuencias de la crisis de Puerto Rico probablemente contribuyó a que tenga una baja aprobación. Tampoco lo ayudan varios de sus tweets cargados de hostilidad.

¿Es él el hombre más peligroso del mundo? Es un hombre de fachada para las fuerzas oscuras que dirigen Estados Unidos. Ahí radica el peligro real sin importar quién sea el presidente.

Los expertos en salud mental son quienes deberán juzgar si es mentalmente desequilibrado o no. Sus deplorables políticas en el plano interno y geopolíticas hablan por sí mismas.

Stephen Lendman

Stephen Lendman: Investigador asociado del Centro de Investigación sobre la Globalización (Global Research) y corresponsal en Chicago.

Artículo original en inglés:

Is Trump the World’s Most Dangerous Man?, publicado el 9 de octubre de 2017.

Traducido por Ariel Noyola Rodríguez para el Centro de Investigación sobre la Globalización (Global Research).