Trump, los conservadores y la nueva cruzada contra la inmigración

El presidente estadounidense, Donald Trump, renueva hoy sus frecuentes presiones al exigir leyes de inmigración más rigurosas, mientras arremete contra los demócratas y naciones latinoamericanas en su más reciente cruzada sobre el tema.

Antes de su llegada a la presidencia el 20 de enero de 2017 el mandatario republicano ya era una figura muy activa en las redes sociales, pero en los últimos días estuvo más presente de lo habitual, con un gran énfasis en las críticas contra las regulaciones migratorias del país.

En tuits publicados desde el pasado fin de semana el jefe de la Casa Blanca exigió un cambio en las reglas del Senado para eliminar el filibusterismo y aprobar leyes con una mayoría simple de 51 votos -de los 100 que posee la Cámara Alta-, en lugar de los 60 necesarios actualmente.

Tal modificación permitiría a los republicanos, dueños de 52 asientos en ese órgano, aprobar cualquier legislación sin precisar apoyo de los demócratas, a quienes Trump culpa de que Estados Unidos cuente con normativas ‘ridículas’ en materia migratoria.

En esta campaña contra el arribo de indocumentados, el presidente también pareció dar por cerrada la posibilidad de alcanzar un acuerdo que favorezca a los beneficiarios del Programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia, un mecanismo que él decidió eliminar en septiembre último.

Además, acusó a México de no hacer nada para impedir la llegada de inmigrantes ilegales a Estados Unidos y de ‘reírse de nuestras tontas leyes de inmigración’. ‘Por más ridículo que parezca, las leyes de nuestro país no nos permiten enviar fácilmente a quienes cruzan nuestra frontera sur de regreso a su lugar de origen’, apuntó anoche en Twitter.

Según el mandatario, Honduras, México y otros territorios con los que Washington ‘es muy generoso’ mandan a muchos de sus habitantes a la nación norteamericana debido a sus ‘políticas de inmigración débil’.

Las caravanas se dirigen hacia aquí. Deben aprobar leyes estrictas y construir el muro, exigió al Congreso, al tiempo que volvió a cargar contra los demócratas al responsabilizarlos de permitir ‘fronteras abiertas, drogas y crimen’.

‘El país está siendo robado’, remarcó el jefe de la Casa Blanca, cuya administración ha estado caracterizada por controversiales medidas migratorias como un criticado veto contra países mayoritariamente musulmanes.

Con esos pronunciamientos, Trump muestra un cambio de tono en relación con su postura de semanas atrás, cuando pareció estar más dispuesto a las negociaciones, y pasa a la posición dura con la que hizo campaña en 2016.

De acuerdo con el diario The Washington Post, eso se debe a las señales de que parte de su base conservadora está impaciente por ver cumplidas las promesas del muro fronterizo y otras medidas para reprimir la inmigración ilegal.

Varios medios locales reportan que los primeros tuits del presidente el fin de semana siguieron a un reporte de la cadena Fox News sobre una caravana de mil centroamericanos, fundamentalmente hondureños, que viajan a través de México para llegar a este país.

Ese tipo de iniciativa no es nueva, pues se realiza de forma anual con la participación de organizaciones que ayudan a los inmigrantes a moverse de la forma más segura posible mientras huyen de la violencia de sus lugares de origen y tratan de llegar a Estados Unidos.

De acuerdo con una comentarista del servicio de radio NPR, a ello se suma que Trump pasó el fin de semana de Pascua en su residencia de Mar-a-Lago, en Florida, con su asesor Stephen Miller, voz de una línea dura sobre la inmigración dentro de la Casa Blanca.

‘También ha escuchado a asesores externos, antiguos consejeros de campaña que le están contando sobre la infelicidad de su base conservadora’, agregó la analista.

Funcionarios de la Casa Blanca rechazaron la idea de que Trump está decepcionando a sus partidarios principales y señalaron que la administración prepara un nuevo paquete de propuestas para entregar al Congreso en un intento de cerrar las ‘lagunas’ existentes en la ley.

Pero diversos reportes noticiosos sostienen que a la base conservadora del gobernante republicano no le gustó la iniciativa de gastos promulgada por Trump a regañadientes el 23 de marzo, pues esta solo incluye 1,6 mil millones de dólares para la seguridad fronteriza.

Tal nivel de financiamiento está muy por debajo del total que se necesitaría para edificar el polémico muro que el jefe de Estado quiere levantar en los límites con México, el cual solo consiste hasta ahora en ocho prototipos colocados en San Diego, California.

A raíz de esa normativa de gastos, Trump ha efrentado los cuestionamientos de conservadores que normalmente lo apoyaban, como la comentarista Ann Coulter, quien lo acusó de violar la promesa que se volvió ‘canto y tema’ de su campaña presidencial.

Martha Andrés Román

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