Un clon siniestro se delata
Viendo la diversidad de movimientos de Steve Bannon, resalta el parecido con la forma de actuar que tiene Donald Trump ¿Quién influyó sobre quién? ¿Será un experimento exitoso de clonación humana?
Sin burla, pero con muchas preocupaciones, se debe destacar que en Europa, hasta la derecha ve con ojeriza el quehacer de este ex asesor del presidente de Estados Unidos, que en referencia a la disputa comercial chino- estadounidense, dice cosas como estas: “La orden ejecutiva es diez veces más importante que salirse del acuerdo comercial».
La referencia se remite a la ruptura de las negociaciones para conciliar intereses con el gigante asiático en un momento en que los tratos parecían venturosamente concluidos. Al centro de la avería en el diálogo, está la ofensiva desplegada por Trump contra la empresa de telecomunicaciones Hawei. Punto y seguido después, el gobernante norteamericano emitió la resolución que prohíbe a las empresas nacionales el empleo de equipos de ese conglomerado chino y el llamado a los europeos a seguir similar conducta, justificando el pedido, con el criterio de que serán espiados por China a través de esos equipos.
Con esa leyenda, siempre sin pruebas, transcurre la encarnizada persecución del magnate-presidente contra quienes aventajan a las tecnologías estadounidenses del ramo, sumando el caso a las diferencias sobre el comercio que está enfrentando a Washington con Beijing.
En esa misma generatriz el ¿ex? asesor, Bannon, expuso que esto «Es un tremendo asunto de seguridad nacional para Occidente». Sus declaraciones al rotativo South China Morning Post, de Hong Kong, refritado por la agencia EFE, aseguran que «el siguiente paso es cortar todas las ofertas públicas de venta (IPOs) y desenmarañar todos los fondos de pensiones y compañías de seguros en EE.UU. que proveen capital al Partido Comunista de China».
No siendo suficiente, y en apariencia facultado para ello, Bannon aseveró al que se prepara «una gran jugada en Wall Street para restringir el acceso a los mercados de capital a las empresas chinas«.
Si Beijing no reforma su sistema económico, o para mejor decir, si no hace lo que le ordena EE.UJU. y cambia hasta sus principios rectores, sufrirá castigos extra, (cierre al mercado) aparte de las ya altísimas tasas arancelarias dictaminadas por la administración Trump.
Esto, en otra escala y apreciado en visión panorámica sobre cuanto ocurre, aparece una carta que recién enviaron 170 famosas firmas (Nike, Converse, Adidas, entre otras) dedicadas a la confección y venta de calzado deportivo. Piden al mandatario reconsidere sus decisiones de aumentar las tasas arancelarias a esos bienes, pues se verán golpeadas «empresas, consumidores y la economía estadounidense en general”.
El Banco de la Reserva Federal de Nueva York, por su parte, informó sobre el daño provocado debido al crecimiento en el precio de tan demandados géneros, con menos venta, lógicamente. Algunas universidades también evaluaron que las tarifas elevadas el pasado año, contra una variada lista de importaciones chinas, implicaron un fuerte coste para compañías y usuarios norteamericanos, valorada en el orden de los 3 mil millones de dólares mensuales.
El catálogo de artículos importados desde China, gravados por la administración estadounidense, totalizan una amplia gama de electrodomésticos y el recurso de amplia demanda que provocó el pedido a Trump por las firmas de calzado. Un grupo significativo de empresas norteamericanas verán muy lastimados sus ingresos también con las medidas aplicadas contra Wawei, pues esos efectos electrónicos –sean de la marca o procedencia que fuere- contienen partes hechas en distintos países, y no solo nombre y tecnología de quien lo patenta. Quiere decir, que se castiga a China, pero al mismo tiempo están penalizando a otros países y al propio empresariado y ciudadanía estadounidense.
Dijo Bannon que lo hecho es un proceso al cual “He dedicado mi vida a esto. Es lo que hago 24 horas al día. Vamos a mantener una presión implacable». ¡Un momento! ¿Continúa este individuo en funciones oficiales dentro de la administración Trump? ¿Acaso se mantiene como consejero y estratega jefe del equipo del presidente de Estados Unidos?
Bannon salió de la Casa Blanca pocos meses después de su nombramiento. El hombre que propulsó la campaña de Trump, tuvo varios imponderables en su camino. Lo decisivo ocurrió cuando Trump quiso atornillarlo de forma permanente en las reuniones del Consejo de Seguridad Nacional.
Varios grupos del estado profundo y esferas del visible, se opusieron. Entre los argumentos en su contra se manejaron sus «lazos con el movimiento nacionalista blanco” algo “bien documentado». Así lo exteriorizaron. Dicho llanamente, Bannon es un extremista que ni siquiera entre los conservadores tiene aceptación.
Trump cedió –no tenía alternativa- y cuando lo elimina de su séquito, el inquieto Bannon marchó al Viejo Continente para darle vida a una fundación (The Movement,) desde donde viene procurando unir las fuerzas de la ultraderecha. De ahí sus acercamiento a los llamados “populistas”, de hecho, partidos y personas con actos y pensamiento tan radicales en lo retrógrado, como él mismo y cuantos afiliados asumen el pensamiento supremacista.
Personalidades que para nada comulgan con el progresismo también lo impugnan. El presidente de Francia, Emmanuel Macron, denunció este 20 de mayo la existencia de «una confabulación entre los nacionalistas y los intereses extranjeros» enfilados al desmantelamiento de Europa. Su observación estuvo dirigida a Bannon dada la intimidad del estadounidense y su asesoría al partido cuasi-fascista creado por Jean Marie Le Pen y hace un tiempo dirigido por su hija, Marine, candidata a la presidencia gala, quien estuvo muy cerca de ganar en dos oportunidades ese puesto.
Se asegura que en la mira de Steve Bannon están las muy cercanas elecciones para el Parlamento Europeo dentro del cual trabaja para ubicar la mayor cantidad posible de fanáticos políticos que comulguen con su estrecha visión de la economía y aupar las tendencias regresivas, poco afines con la más generalizada, clásica quizás, propensión que caracteriza a los europeos.
Algunos observadores piensan que tras Bannon se mantiene Trump y su proyecto de fraccionar a Europa con el fin de debilitarla y que sus gobiernos se vean precisados a establecer (OTAN, comercio) cuanto él pretende. Rara amistad la profesada hacia quienes dan su aquiescencia a cuanto procede del “gran hermano” o ¿hijastro?
El pedido norteamericano de boicotear los productos de Hawei, sin ofrecer pruebas de sus acusaciones sobre el hipotético espionaje de tales aparatos, ante otras soberbias, da fe del desafío contra el país que puede superarles a corto plazo. Refleja, además, la dependencia europea mantenida durante un lapso tan prolongado, pese a que existan, según algunas fuentes, un conato de insubordinación que incluso provocó un escabroso episodio en el Reino Unido, provocando la destitución de Gavin Williamson, ministro de Defensa, quien suponen filtró a los medios que Teresa May autorizaba que la Huawei participase con infraestructura colateral (antenas por ejemplo) en la construcción de una nueva red de comunicación británica. Del asunto no se dice palabra, pese a ser problema reciente. Lo que sí trasciende es la adhesión de Londres al boicot incitado por Trump.
Este dilema es, ante todo, parte de la competencia tradicional (y la provechosa colaboración también) entre grupos técnico-científicos, solo que ahora no se respetan las reglas mínimas, se desvirgan convenios internacionales y se imponen argucias de bajos atributos. Todo ello conduce a complicadísimos y comprometidos contextos, porque esta especie de obsesión por el comercio y el supuesto dumping de China, sobrepasa los límites de la habitual pugna por empatarse o predominar sobre el contrario.
En esos excesos y en cuanto proyecta de lejos o cerca un individuo como el pulpo Bannon, quedan abundantes preguntas y muchísimos riesgos entre cuantos atañen a Estados Unidos y a la posible quiebra de una empresa de avanzada. La gravedad emana del bloque de regulaciones y agresividad, que abarcan a demasiado mundo. Cuando eso ocurre, se disparan los peligros.
Elsa Claro
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