Un G20 en un mundo en crisis busca consensos

Las fotos, el protocolo y la búsqueda apresurada de consensos de un lado y de otro la rebeldía de los pueblos, el G20 vive horas históricas aquí en un mundo hoy cada vez más en crisis, que pone en jaque a las grandes potencias. El reto apremiante es buscar entre la diversidad y las añejas disputas un acuerdo en varios frentes que se consolide hoy, última jornada de la cumbre de líderes de ese gran foro, con un documento final sólido que vaya más allá del compromiso y no cómo sucedió en su anterior edición en Hamburgo.

Los 20 líderes más poderosos tienen muchos intereses en juego, hay guerras comerciales por el medio, también un conflicto complicado, el de la migración, y posiciones divididas sobre el cambio climático. En la jornada de ayer el presidente anfitrión, Mauricio Macri, llamó a los gobernantes a dar un mensaje claro al mundo de que juntos, dijo, podemos marcar un horizonte de desarrollo, con responsabilidades compartidas, con un fuerte compromiso con la igualdad de género y unidos en la diversidad.

Pero hoy, cuando traspase la presidencia del G20 a su homólogo japonés Shinzo Abe, se sabrá si finalmente se logró el cometido, lograr un documento final sobre el que aún reina la incertidumbre. La presencia histórica para una Argentina en crisis económica de tantos líderes mundiales ha dejado varias instantáneas sueltas desde el jueves último cuando comenzaron a aterrizar en el blindado aeropuerto de Ezeiza los líderes del G20.

Un descomunal operativo de seguridad, la fastuosidad de algunos gobernantes, las sonrisas para las fotos, una gala cultural y una gran cena de bienvenida, fueron hasta ahora varias postales de esta 13 cumbre, que ha costado, según cifras difundidas por la prensa, 112 millones de dólares a Argentina.

En unas casi despobladas calles de Buenos Aires la mayor presencia ha sido la de cientos de organizaciones sociales que encabezaron una cumbre de los pueblos y una marcha de la resistencia contra el G20 y el FMI.

Aunque el gobierno cortó el transporte en la ciudad por las medidas de seguridad, los manifestantes se concentraron la víspera en la avenida 9 de julio y marcharon hasta el Congreso de la Nación con un mensaje que se repetía: fuera Trump, fuera FMI.

Un body painting con los colores representativos de varios países, la quema de una bandera de Estados Unidos y de un muñeco que representa a su actual gobernante y algunos detenidos por portar radios comunicadores portátiles dejaron la llamada marcha anti G20, que transcurrió de manera pacífica, rodeada de un fuerte dispositivo de seguridad.

Habrá que esperar hoy cómo termina la reunión de los líderes y más allá de la cumbre los ojos se posan en una posible reunión de Trump con su par chino, Xi Jinping, en medio de la guerra comercial entre las dos naciones.

Maylín Vidal

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