Venezuela: El antes y después de la toma de posesión de Chávez

La juramentación del comandante Hugo Chávez en 1999 como presidente de la entonces República de Venezuela tuvo sus inicios en un país con una situación económica compleja, con restricciones externas y fiscales.

Las reservas internacionales habían caído cerca de tres mil millones de dólares al cierre 1998, y el déficit fiscal rondaba casi el cuatro por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).

Asimismo, la tasa de desempleo superaba los 10 puntos porcentuales, el crudo cotizaba entre ocho y 10 dólares por barril; mientras la pobreza rondaba el 49 por ciento y la catalogada como extrema se ubicaba por encima del 17 por ciento.

Cifras conservadas por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), indican que en el último trimestre de 1998 se registró una caída del PIB de aproximadamente 6,73 por ciento.

El descalabro de la economía conllevó a que la tasa de crecimiento financiero se colocara en 0,3 por ciento con reservas internacionales por el orden de los 14 mil 849 millones de dólares, y con una deuda total de aproximadamente 26 mil 746 millones.

A pesar de la compleja situación, a partir del 2 de febrero de 1999, Chávez se propuso reorientar los recursos hacia el área social, dándole un mejor uso a la renta petrolera y los ingresos fiscales.

‘En Venezuela, más pronto que tarde, no habrá un solo niño en la calle, ni un indigente, ninguna familia abandonada. ÂíEso debe ser objetivo supremo de nuestra Revolución!’, resaltó el líder bolivariano en el acto de toma de posesión.

Chávez direccionó la reducción de los índices de pobreza como uno de los ejes principales en sus inicios de gestión, y para ello empleó políticas basadas en el acceso a la alimentación, gratuidad de la salud y la educación, garantía de empleo y ampliación de la seguridad social.

Las propuestas emanadas de la Revolución bolivariana permitieron que Venezuela se convirtiera en el segundo país en experimentar una reducción de más del 20 por ciento en sus niveles de pobreza entre 1999 y 2010; para ocupar el tercer lugar de las naciones latinoamericanas con menor porcentaje, de acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), en el año 2012.

Los esfuerzos de Chávez en lograr el buen vivir del pueblo lo condujeron a la creación de diversos programas sociales, donde surgió en 2005 el Ministerio de la Vivienda y Hábitat, que hasta la fecha mediante la Gran Misión Vivienda Venezuela, entregó más de dos millones 500 mil hogares, en contraste con las 154 mil 710 casas construidas en la Cuarta República.

Igualmente, la salud se convirtió en un servicio de acceso público, y para el año 2012 se habían edificado 533 Centro de Diagnóstico Integral (CDI), 570 salas de Rehabilitación, y comenzaron a ejecutarse misiones como la denominada Sonrisa, dedicada a la asistencia bucal y Milagro a la oftalmológica.

Por otra parte, la educación pública fue impulsada con la asignación del seis por ciento del PIB, y con ello se concibieron las misiones educativas Robinson, Ribas y Sucre.

El 28 de octubre de 2005, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) declaró a Venezuela como Territorio Libre de Analfabetismo.

La educación universitaria dejó de ser un privilegio de pocos, con la creación de nuevos centros, para ubicar al país sudamericano como el segundo de la región con mayor matrícula en el año 2014, de acuerdo con informes de la Unesco. Otra de las áreas favorecidas fue el desarrollo tecnológico que permitió llegar a los centros docentes, así como la puesta en órbita en 2008 del primer satélite venezolano Simón Bolívar para potenciar el sector de las telecomunicaciones y el acceso a internet.

La lucha del precursor del proyecto bolivariano por el bienestar del pueblo evidenciado en cada una de las políticas impulsadas desde su gobierno tenían una sola razón de ser, el compromiso de que sin el pueblo no hay Revolución posible.

‘Sin un pueblo despierto, consciente y en movimiento, no hay revolución posible, no hay Mesías, no hay caudillo que pueda conducir un proceso revolucionario, sólo es el pueblo y aquí esa es la condición para que haya proceso bolivariano’, sentenció el entonces jefe de Estado el 19 de abril de 1999 durante la primera Asamblea Nacional del Polo Patriótico.

Sin embargo, las ansias de dominación y poderío que por siglos ha mantenido el gobierno de Estados Unidos y sus aliados de la derecha local, pretenden hoy destruir las conquistas de una nación, -que pesa a la asfixia económica-, levanta las banderas de las conquistas sociales y pone al pueblo como eje fundamental de su gestión.

Odette Díaz Fumero

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