Venezuela, encomiásticos pasos económico-políticos

Pese a bloqueos, sabotajes, agresiones armadas, intento de magnicidio y robo de riquezas en el exterior, Venezuela ha logrado evadir esas acciones lanzadas por Estados Unidos y otras naciones occidentales durante 23 años, y hoy se presenta ante el mundo con un escenario político, social y económico que no esperaban sus detractores.

Los siguientes datos lo demuestran fehacientemente: pese a que Venezuela enfrenta 763 medidas coercitivas impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea, para este año está previsto que alcance el mayor incremento económico de América Latina.

Un reciente informe de una de las más importantes entidades financieras del orbe, el banco Credit Suisse Group AG, anunció que el Producto Interno Bruto (PIB) de la nación sudamericana crecerá 20 % en 2022 en comparación con 2020, debido a que el aumento en la producción de petróleo impulsa un repunte vertiginoso.

Esa organización revisó y rectificó un pronóstico anterior que era de 4,5 % para la producción económica de 2022, y además indicó que el PIB se expandirá 8 % adicional en 2023, por encima de su estimación de 3 %.

Con un arduo trabajo de unión entre gobierno y pueblo (pese a las numerosas “sanciones) se ha logrado impulsar las producciones en los diversos sectores y bajar la inflación al 70 % de una proyección estimada en 150 %.

El Credit Suisse estima que las importaciones crecerían más de 15 % y el país registrará un superávit en cuenta corriente de alrededor de 4 000 millones de dólares.

Los 14 años de gobierno de Hugo Chávez (1999-2013) fueron de constantes enfrentamientos con Estados Unidos, país que hasta fraguó un golpe de Estado en 2002 con el apoyo de las fuerzas de derecha venezolanas. Tras el fallecimiento de Chávez en 2013 y Nicolás Maduro ganar las elecciones, Washington creyó que el gobierno de Caracas caería.

Arreciaron los ataques contra la República Bolivariana y en 2015 la administración de Barack Obama declaró unilateralmente a Venezuela como “amenaza extraordinaria para la seguridad política y exterior de Washington” y le impuso a esa nación un grupo de medidas coercitivas.

El expresidente Donald Trump se encargó de ampliar aun más  el bloqueo económico, financiero y comercial contra Caracas y para el 2017 se había cerrado el acceso a todo tipo de financiamiento internacional para el gobierno y su sector petrolero lo que precipitó la caída en default de su deuda soberana y de la producción de hidrocarburos.

Prácticamente Venezuela se quedó sin acceso a cualquier tipo de negociación con los países occidentales que se confabularon con Estados Unidos y Caracas no podía obtener moneda dura para sus transacciones.

Pero como la economía esta directamente relacionada con la política, el último hecho que ha demostrado la fortaleza de la Revolución Bolivariana fue lograr que un sector de la oposición de ultraderecha, agrupada en la Plataforma Unitaria de Venezuela (PUV), reconociera al gobierno legítimo de Nicolás Maduro y se uniera al diálogo.

Los líderes de esa oposición, que seguían al autodeclarado presidente fantasma Juan Guaidó, participaron en el sabotaje petrolero, utilizaron vías violentas y hasta crearon un régimen virtual paralelo (bajo el guión de Estados Unidos y de la Unión Europea) para forzar un cambio de gobierno en el país.

El acuerdo firmado recientemente durante las conversaciones en México abre las puertas para que Caracas pueda recuperar los miles de millones de dólares que los bancos occidentales le tienen secuestrados desde hace años, aunque una parte importante de ese capital fue robado por Guaidó y sus seguidores.

El convenio tiene una relevancia política fundamental pues se reconoce al gobierno legítimo de Venezuela y consecuentemente decreta el entierro del régimen paralelo encabezado por Guaidó.

Por el momento, Venezuela recuperará más de 3 000 millones de dólares retenidos, congelados y secuestrados en cuentas bancarias de Estados Unidos y de Europa.

Por decisión de ambas partes, esa primera suma se destinará a obras de electrificación y agua, educación, salud y mitigación de los daños por lluvias, mediante un plan específico y detallado diseñado por el Gobierno.

En enero de 2021 una investigación de la Comisión Especial de la Asamblea Nacional, estableció las pérdidas por estas retenciones en algo más de 194 000 millones de dólares que actualizado a la fecha superaría los 215 000 millones.

En ese gran saco entran los bienes de la empresa CITGO, mayor activo externo de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) y propietaria de una red de 14 885 estaciones de servicio en Estados Unidos; la Petroquímica Monómeros,  compañía mixta con Colombia y que con el nuevo gobierno en Bogotá se le reintegró a Venezuela; las 31 toneladas de oro secuestrados en bancos de Inglaterra; un avión de Conviasa retenido en Buenos Aires por instrucciones de Washington, y la condonación dolosa de una deuda de Paraguay por 269 millones de dólares, entre otros robos.

Con todos estos triunfantes acontecimientos de Caracas y ante la disminución de petróleo en Estados Unidos provocado por sus agresivas extorsiones contra la Federación Rusa, Washington ha tenido que ceder y permitió que la petrolera Chevron reiniciara operaciones en la nación sudamericana.

El contrato tiene como objetivo continuar con las actividades productivas y de desarrollo en el sector energético, enmarcado dentro de la Constitución y las leyes venezolanas que rigen la actividad petrolera del país.

La resistencia del pueblo y gobierno venezolanos para preservar su independencia han apuntalado la política soberana y la economía del país ante los intentos de recolonización estadounidense.

Hedelberto López Blanch

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