Se les atravesó el Mecanismo de Montevideo a los que comen ansias para encaramar al que indebidamente llaman autodesignado“presidente encargado (sic) de Venezuela, puesto que lo designó Donald Trump por medio de Mike Pompeo y John Bolton, como lo evidencian diversos testimonios, incluida la conversación entre Juan Guaidó y Diosdado Cabello, realizada antes de que Washington lo obligara a destaparse.
El MM quedó instalado el miércoles 6 y de ser aceptado por las partes, su proceso se desarrollará en cuatro fases: diálogo inmediato, proceso de negociación, construcción de compromisos e implementación. Lo anterior durante un tiempo razonable y acordado por los actores de la nación caribeña.
El eje central del MM es el diálogo como alternativa para alcanzar la paz y la estabilidad sostenible, legítima y efectiva en el país suramericano. Y quedó integrado por los gobiernos de México, Uruguay y los países de la Comunidad del Caribe: Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Dominica, Granada, Guyana, Haití, Jamaica, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y Granadinas, Surinam, Montserrat y Trinidad y Tobago.
La Caricom y sus 15 integrantes fueron subestimados reiteradamente y hasta ninguneados por el principal promotor del intervencionismo imperial en Venezuela, Luis Almagro quien precisamente desde Washington dirige al gusto del Departamento de Estado a la Organización de los Estados Americanos, conocida como Ministerio de Colonias de Estados Unidos.
Los vocingleros del duopolio de la televisión y el oligopolio de la radio subestimaron tanto al ahora protagonista de primera línea en los auspicios dialoguistas para Venezuela, que manejaron la especie de que Caracas tenía “comprados” a los 15 en la OEA. Algo tenían que decir frente a la resistencia permanente a los propósitos de exclusión y castigo de Venezuela y su gobierno. Luis Videgaray, como buen tecnócrata, llegó a medir en términos del producto interno bruto latinoamericano la “mayoría” que construyeron en la OEA y no por el número de representantes de los Estados.
Allí están las afortunadas consecuencias de las políticas de subestimación a los Estados que no se subordinaron a las tareas intervencionistas del Grupo de Lima, también llamado cártel de Lima.
No aprenden los colegas con vocación de propagandistas –antes que de informadores– de la oposición venezolana. Ahora dividen al orbe entre “países democráticos” que reconocen a Guaidó Márquez y que según ellos son 40, y los “gobiernos autoritarios” que respaldan a Nicolás Maduro y que de acuerdo a sus cuentas suman 10. La Organización de las Naciones Unidas está formada por 193 naciones, pero la aritmética manipuladora del oligopolio global no se apiada de la realidad. Y el mismísimo secretario general, António Guterres, anunció que no participará en la entrega de la “ayuda humanitaria” mientras no lo solicite el presidente Maduro Moros. Aquélla es la vía para justificar la intervención de USA, asegura: https://www.jornada.com.mx/2019/02/07/politica/002e1pol
La salida negociada es compartida por el papa Francisco, quien expresó su clara disposición a actuar si así se lo solicitan las dos partes.
Está en construcción, pues, una vía diplomática elaborada y concreta que podría inclinar la balanza en el encuentro que sostendrán representantes del llamado Grupo Internacional de Contacto sobre Venezuela, y en el cual existen posiciones encontradas.
Eduardo Ibarra Aguirre
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