Argentina: Elegir entre confianza incierta o rechazo total

Habría dos dimensiones de las noticias argentinas de estos últimos días, que sin embargo pueden unificarse en cierto aspecto.

Una dimensión remite al paisaje ya habitual, pero agravado, de cifras de contagios y muertos que empalman con la desolación económica y con cuánto el Gobierno sabrá seguir piloteando presente y panorama.

Hasta comienzos de la semana pasada y según la opinión violetamente unánime de la cátedra, de sus economistas chamanes que viven equivocando profecías y de sus comunicadores carentes de estatura hasta para reconocer errores siquiera por demagogia, Guzmán era –con suerte– el 4 de Sacachispas.

De repente, como apuntó Alejandro Bercovich, son todos guzmanistas de la primera hora.

Es que hay cuestiones como el relanzamiento del Procrear; la ampliación de la moratoria impositiva; la asistencia al abajo de todo y aun a sectores medios; la obra pública como dinamizador perentorio, que no son mensurados como, de mínima, se debería.

O sí, pero sin posibilidades de expresión pública porque los sensibles más auténticos, ésos que colmarían las calles y no pueden porque saben que no deben, son colectiva e infinitamente más responsables que quienes las ganan para embanderarse con los estafadores de Vicentin como resguardo de la Patria. Y con la patria judicial como talón de lo que ni siquiera conocen, por fuera de lo que les cuentan sus Pirinchos.

En fin. Miren hasta dónde llega lo que la derecha le hizo a este país que, aunque sea, debe festejarse pagar mucho menos, y a plazo más largo, apenas una parte de la fiesta orgiástica que se pegó el Gobierno más siniestro de nuestra historia democrática.

Qué alentador sería poder creer que, al menos, esto habrá servido para que un segmento importante de los argentinos haya aprendido la lección de no confiarle el voto, nunca más, a quienes desde su propio prontuario enseñan –de manera explícita, encima– cuáles intereses representan.

Y qué necesario es decir que muy difícilmente sea así.

El odio o el resentimiento de clase, como categorías ideológicas, suelen anteponerse al raciocinio político.

No debe ser un registro paralizante, sino justamente todo lo contrario.

Eduardo Aliverti

Artículos de:

Disclaimer: The contents of this article are of sole responsibility of the author(s). The Centre for Research on Globalization will not be responsible for any inaccurate or incorrect statement in this article. The Center of Research on Globalization grants permission to cross-post original Global Research articles on community internet sites as long as the text & title are not modified. The source and the author's copyright must be displayed. For publication of Global Research articles in print or other forms including commercial internet sites, contact: [email protected]

www.globalresearch.ca contains copyrighted material the use of which has not always been specifically authorized by the copyright owner. We are making such material available to our readers under the provisions of "fair use" in an effort to advance a better understanding of political, economic and social issues. The material on this site is distributed without profit to those who have expressed a prior interest in receiving it for research and educational purposes. If you wish to use copyrighted material for purposes other than "fair use" you must request permission from the copyright owner.

For media inquiries: [email protected]