De Venezuela a Roma, la banda de Guaidó

En Italia, el presupuesto para la cultura siempre es escaso, y los municipios tienen cada vez menos dinero para invertir. Y así, cada verano, muchas iniciativas culturales importantes sucumben ante la falta de fondos. Es sorprendente, por tanto, ver anunciado con gran pompa “La Gran Fiesta Venezolana”, que se celebrará por primera vez en Roma el domingo 7 de julio.

No es una fiesta para unos pocos amigos cercanos, sino un concierto con grupos de los Estados Unidos, el Caribe y América Latina.

Uno de ellos es el conocido cantante venezolano Miguel Moly, cuyo color político no deja lugar a dudas. El “tecnomerenguero de Sony Music”, como se define, de hecho participó en Venezuela Aid Live, el “mega concierto” en la frontera con Colombia, organizado por Trump y por el “autoproclamado” Juan Guaidó el pasado 22 de febrero. Un show mediático para enmascarar la intervención armada de la USAID en Venezuela como “ayuda humanitaria”.

Organizado por el multimillonario británico Richard Branson, se suponía que el conciertazo “hacía vibrar el aire” en las notas del anticomunismo más violento, en lugar de eso se convirtió en un mega flop. Y, como se informó recientemente en una investigación de Panam Post, a vibrar han sido sobre todo las billeteras de esa banda de golpistas de opereta y estafadores endurecidos que apoyan a Guaidó (y que lo sostiene como la cuerda al hombre ahorcado).

De acuerdo con la evidencia presentada por el Ministro de Comunicación de Venezuela, Jorge Rodríguez, durante una reciente conferencia de prensa, la camarilla de Guaidó robó tres millones de dólares de ese concierto, y varios participantes pidieron rendición de cuentas de sus donaciones multimillonarias. Entre los 70 millones de dólares robados al pueblo venezolano con el bloqueo de la compañía Citgo con sede en Estados Unidos, y el resto de las “donaciones”, el autoproclamado y sus ladrones se embolsaron 486 millones de dólares.

En una declaración pública, Guaidó enumeró el dinero recibido de los gobiernos europeos. Italia – dijo – pagó dos millones de euros. No es realmente poca cosa para un país como es Italia con más de 5 millones de personas en pobreza absoluta y que dice estar “colapsando” ante el desembarco de 40 inmigrantes a su territorio. ¿Cuántas escuelas y cuántos hospitales que se desmoronan podrían haber sido reestructurados? ¿Y a dónde fueron esos dos millones de euros? ¿Alguien ha pedido al autoproclamado y a su pandilla que rindan cuentas?

Y ahora nos preguntamos: ¿de dónde provienen los fondos para este nuevo mega-concierto romano y en qué bolsillos “humanitarios” se destinarán los ingresos?

Geraldina Colotti

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