Julian Assange, ícono en libertad

Al paso de los años, desde que hizo sus primeras revelaciones públicas de Wikileaks, hasta su entrega en Londres por la vil traición del mequetrefe presidente de Ecuador, un tal Moreno, Assange se ha convertido en uno de los héroes o íconos más reconocidos de nuestro siglo.

Su popularidad en los medios digitales sería sólo comparable con otra figura genial, en otro campo, como es en el futbol el fenómeno llamado Leonel Messi. No podríamos, claro, dejar de mencionar a otros dos personajes que alentaron la hazaña periodística de Assange; uno es Chelsea Manning, capturista de secretos militares del Pentágono, y el otro, antecedente en la caída de Nixon, Daniel Ellsberg, aunque sus heroicas acciones deban ser colocadas en otro escalón del podio olímpico.

¿Por qué? ¿Hasta qué punto se ha valorado con objetividad la trascendencia de la acción política de Assange? Con toda evidencia, para el mundo contemporáneo, y para nuestro país en particular, sus revelaciones contribuyen a socavar como muy pocas acciones equivalentes los basamentos del sistema mundo capitalista (Wallerstein). Para decirlo pronto: sin Assange y Wikileaks no podríamos saber, tener la certeza, de que es posible vulnerar desde sus cimientos ideológicos al capitalismo de nuestro tiempo. La voz de un solo hombre ha sido y es capaz de llegar a los ojos y a los oídos de prácticamente el mundo en su totalidad. Se dirá que el mérito de la tecnología digital es de otros: Apple y Microsoft, pero lo que cuenta nos es tanto el vehículo sino el uso que se hace de él.

En nuestro caso, ese vehículo fue nada menos que el único medio en México en el que se hicieron públicas las revelaciones de Assange, de lo cual se dejó constancia en el libro coordinado por Pedro Miguel: México en Wikileaks. Wikileaks en La Jornada (que ahora ha vuelto a publicitarse con amplitud). Allí se presenta en cinco puntos, parte de la historia suprimida de hechos por demás significativos en el acontecer reciente de nuestro país. Se trata de documentos secretos del Departamento de Estado en los que se muestra la intervención planeada y coordinada de Estados Unidos en decisiones y acciones que vulneraron grave e inequívocamente la soberanía de México, durante el gobierno de Calderón, y no sólo con su asentimiento sino con su complicidad.

En el documento revelado por Wikileaks –se afirma– redactado por personal de la embajada estadunidense y clasificado como secreto, se hace un balance de la situación de los servicios de inteligencia y espionaje mexicanos y señala que uno de los desafíos más importantes es la falta de confianza entre y dentro de las instituciones del gobierno de México

Los temas duros allí revelados van desde la posibilidad de implantar un Estado de excepciónen nuestro país; la pugna entre Medina Mora y García Luna por controlar la información y la estrategia de seguridad en México; el “uso que hace México de inteligencia estratégica y táctica fragmentada ad hoc y dependiente del apoyo de Estados Unidos”; el gran estrés de Calderón y su administración por la lucha contra la droga, el colapso económico, y la derrota de su partido en las elecciones legislativas; o incluso el fracaso dramático del gobierno de Felipe Calderón durante el encuentro de presidentes de América Latina y el Caribe efectuado en Cancún en 2010.

Sobre la estrategia de seguridad del presidente Felipe Calderón –que algunos quisieran reinstalar frente a la 4T– se considera que carece de un aparato efectivo de inteligencia para producir información de alta calidad y operaciones específicas. El uso que hace México de esa inteligencia estratégica y táctica es “fragmentado ad hoc y dependiente del apoyo de Estados Unidos”, se señaló en un documento de carácter informativo redactado por la embajada de Estados Unidos en México, etiquetado como secreto y para no mostrar a extranjeros.

Desde la presentación de México en Wikileaks. Wikileaks en La Jornada, en la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería en 2013, hasta la reciente mañanera en la que el presidente López Obrador hizo el elogio y pidió la liberación de Assange, las expresiones de apoyo no se han hecho esperar e incluso se anuncia con tal motivo una movilización internacional convocada por los chalecos amartillos (Protesta global por Julián Assange; INBA, 25 de enero 12 horas). Lo que en realidad está en juego es la capacidad de la opinión pública mundial para anticipar y sostener el uso irrestricto de las tecnologías digitales y de las redes sociales, que continúan globalizando la lucha universal por los derechos humanos fundamentales y las libertades democráticas.

Fue el propio fundador de Wikileaks, Julian Assange, quien mencionó que los diversos cables que filtró sobre México contribuyeron a revelar parte de la historia suprimida, además de que agradeció a La Jornada por su increíble apoyo para la difusión de los mismos. Libertad para Assange.

Óscar González

Óscar González: Profesor de ciencia política y ex embajador de México.

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