Las políticas del Banco de Inglaterra y el BCE no consiguen que fluya el crédito

Un informe publicado por el Banco de Inglaterra reconoce que la inyección de dinero a los bancos para que estos los presten a la economía real no ha conseguido que fluya el crédito.

El Banco de Inglaterra (BoE, por sus siglas en inglés) le da un bofetón a su principal política monetaria expansiva de la última década y, de paso, a la que utiliza y sigue utilizando el Banco Central Europeo (BCE). En un informe publicado esta semana, titulado ¿Impulsa el Quantitative Easing que los bancos presten a la economía real o provoca una relocalización de sus activos? El caso de Reino Unido, la institución británica reconoce que no han encontrado ninguna prueba que indique que el Quantitative Easing (QE) “impulsara directamente los préstamos bancarios a la economía real, incluso cuando se controlan plenamente los efectos del lado de la demanda”.

“Que fluya el crédito a las pymes y las familias” siempre ha sido el principal argumento para que los bancos centrales hayan inyectando dinero a los bancos desde la crisis de 2008, pero sobre todo desde el famoso “haré lo que sea para salvar al euro” de Mario Draghi en 2012. El mecanismo del QE, explicado de una manera simple, consiste en que el BCE u otros bancos centrales les den dinero a los bancos a interés cero (o incluso negativos, como en la actualidad) para que estos presten a la economía real. Pero este informe demuestra lo que se lleva planteando y criticando desde muchos sectores, economistas y fuerzas políticas: ¿Por qué iban a prestar a la economía real si nadie les obliga y existen otras inversiones más seguras y que son rentables si consigues el dinero a interés cero?

“No existe ninguna prueba que el Quantitative Easing impulsara directamente los préstamos bancarios a la economía real”, Banco de Inglaterra

En la investigación del BoE han analizado el impacto en los activos de los bancos registrados en el Reino Unido y en la economía real del Asset Purchase Program (Programa de Compra de Activos) introducido por la propia entidad en 2009. Las cifras no solo no han mostrado que esos bancos no han prestado más dinero a las pymes y familias, sino que ha encontrado que “la reducción general de los préstamos minoristas es más pronunciada para los bancos beneficiados por el QE” que para el total de la muestra de bancos analizados. Como era de esperar, los resultados muestran que dichos bancos movieron el dinero a inversiones con menor riesgo ponderado, como la deuda de los Estados de países de la periferia europea. Si la deuda de países como España o Grecia ofrecen un rendimiento seguro (muy alto en épocas de crisis cuando la prima de riesgo estaba por las nubes) cuando un banco central te está dando dinero a intereses negativos, ¿por qué iban a correr el “riesgo” de prestar dinero que reactive la economía real?

Además, la institución señala en su informe que “si los bancos no están adecuadamente capitalizados, sus limitaciones debidas al riesgo limitarán la transmisión de políticas monetarias expansivas no convencionales a través del canal de préstamos bancarios, y proporcionará incentivos para las actividades de carry and trade”. En resumen, si los bancos siguen estando débiles y asistidos por esas ingentes cantidades de dinero que les han inyectado los bancos centrales, preferirán usarlo en operaciones meramente especulativas de compra y venta.

Si los bancos no están adecuadamente capitalizados, prefieren usar el dinero de los bancos centrales en operaciones meramente especulativas de compra y venta

Lo que está claro, más allá de su informe, es que le BoE ya ha cambiado su estrategia ante esta nueva crisis del covid-19. Los programas de compras de activos se han basado en inyectar dinero a los bancos para que estos presten a la economía real y compren deuda pública, haciendo que bajen las primas de riesgo, y comprando deuda a multinacionales. Pero no permiten prestar dinero directamente a los Estados u otras administraciones públicas. A mediados de abril, el BoE anunció que financiaría directamente al Estado “sin límite” para luchar contra los efectos de la pandemia. Poco después, el Banco de Japón anunció exactamente lo mismo. La Reserva Federal Estadounidense (FED, por sus siglas en inglés) también anunció que entre sus medidas se contemplaba una partida para prestar dinero directamente a Estados y ciudades de más de un millón de habitantes. Pero la institución que dirige Christine Lagarde sigue haciendo lo mismo de siempre.

El QE europeo ha redoblado esfuerzos, va a inyectar (o como dicen algunos, “darle a la maquinita del dinero) 1,3 billones de euros. Actualmente unos 25.000 millones de euros semanales. Pero sigue entregando el dinero a los bancos y a las multinacionales sin exigir nada a cambio. Esto ha hecho que países como España se pueda financiar más barato, sí, pero, tal y como señala el informe británico, no funciona para reactivar la economía ya que no se traduce en que se preste más dinero ni que sirva para que el consumo y la economía real se revitalice. ¿Leerá Lagarde el informe de sus homólogos británicos?

Yago Álvarez Barba

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